lunes, 27 de julio de 2009

ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO

"La Emperatriz y su jefe, que se llenan la boca hablando de los derechos humanos -sólo de los que murieron en uno de los frentes combatientes-, no tienen el menor reparo en condenar a muerte a sus compatriotas más humildes. Y lo hacen con una eficiencia mayor que si usaran balas", opinó el autor. Y agregó: "Javier González Fraga, en el programa 'A fuego lento', que conduce Clara Mariño por Canal 26, dijo que este 'modelo' crea ¡5.000 pobres por día!".
CIUDAD DE BUENOS AIRES. “Puesto que ya hemos alcanzado este grado de sinceridad, reconozcamos que en los últimos años del reinado de Nuestro Bienhechor los éxitos fueron cada vez menos y los problemas, cada vez más. Y a pesar de todos los intentos, los logros del Monarca no se multiplicaban. Y en el mundo de hoy ¿cómo ganar crédito sin ellos? Claro que queda la posibilidad de inventar, de sumar dos veces, de explicar, pero en este caso los alborotadores se alzan en seguida y lanzan sus calumnias; se ha creado tal clima de perfidia e indecencia que se da crédito a los elementos levantiscos antes que a las palabras pronunciadas desde el trono. Así que su Suprema Majestad prefería desplazarse al extranjero porque allí, tras pronunciar discursos, mediar en los conflictos, recomendar desarrollos, encaminar a los presidentes hermanos por la senda del bien y expresar sus inquietudes y preocupación por el destino de la humanidad, por una parte, se distanciaba de los problemas de su propio país y, por otra, ganaba una bendita compensación en forma de esplendor sublime y de los elogios llenos de buenos deseos de otros gobiernos y otras cortes” El párrafo que antecede, lamentablemente, no me pertenece; ha sido extraído de 'El Emperador', el magnífico relato con el cual Ryszard Kapuścińki describió la caída de Haile Selassie de Etiopía, el Rey de Reyes, el León de Judá, el Elegido de Dios, el Muy Altísimo Señor, Su Más Sublime Majestad. El libro en cuestión, cuya lectura recomiendo efusivamente a todos los argentinos actuales, relata la curiosa realidad bipolar que vivía el país hasta 1974, cuando el Negus, como se lo llamaba en el mundo, fue finalmente derrocado. Y esa recomendación se impone por la absurda y obscena riqueza que rodeaba al Emperador y a los funcionarios de la corte, a los cuales el monarca repartía prebendas y tierras y hombres, mientras que los súbditos de algunas de las provincias del Imperio morían de hambre por centenares. Los argentinos nos hemos endurecido de corazón; si bien es cierto que, ante un llamado a la solidaridad, la reacción individual es inmediata, no deja de ser espasmódica y, sobre todo, desorganizada. A la vez, asistimos en riguroso silencio al despilfarro oficial de los recursos públicos, aprovechados también para actividades privadas. En un país capaz de producir alimentos para 400 millones de personas y habitado sólo por un décimo de esa cantidad, tenemos pobreza, indigencia, hambre, mortalidad infantil, desnutrición, dengue y fiebre porcina. Carecemos, en los dispensarios, salas de primeros auxilios y hasta hospitales públicos de los más elementales insumos: amén de la decrepitud e insuficiencia de las instalaciones, faltan medicamentos, vendas, algodón, sábanas, productos anestésicos, instrumental quirúrgico, aparatología y, en general, todo aquello que hace a un eficiente y moderno cuidado de la salud. Hoy mueren, por desatención del Estado, miles de chicos, adultos y ancianos. Mueren de hambre y de frío, de enfermedades perfectamente curables y de endemias erradicables con mínimas inversiones. Para seguir con la línea argumental, debo señalar que esas cifras de mortalidad superan, en mucho, a los muertos y desaparecidos durante el Proceso Militar. Javier González Fraga, en el programa 'A fuego lento', que conduce Clara Mariño por Canal 26, dijo que este “modelo” crea ¡5.000 pobres por día!, y se preguntó si era justo o moral que el esquema vigente se mantuviera por dos años y medio más. La Emperatriz y su jefe, que se llenan la boca hablando de los derechos humanos -sólo de los que murieron en uno de los frentes combatientes-, no tienen el menor reparo en condenar a muerte a sus compatriotas más humildes. Y lo hacen con una eficiencia mayor que si usaran balas. Si sólo destinaran a estos menesteres las enormes sumas que gasta doña Cristina en trasladarse, a todo lujo, al exterior, cuando podría hacerlo como la gente normal, como sus colegas Michelle Bachelet, Tabaré Vázquez, Fernando Lugo, Alan García o Rafael Correa, otro sería el panorama. Baste pensar que cada viaje de la Emperatriz a Europa o a Estados Unidos nos cuesta a todos un millón de dólares, entre alquiler de aviones, suites de hotel fantásticas, comidas y hasta desmedidas propinas. El viernes pasado trascendió un video [1] en el cual el Presidente de Ecuador comenta, riéndose a gritos, el lujo del Tango 01 que, sin embargo, la Emperatriz no lo usa demasiado a menudo por considerarlo inseguro. Carezco también de las cifras invertidas, semanalmente, en los traslados de la familia imperial a El Calafate, con su enorme movimiento de aviones, helicópteros, automóviles y nubes de custodios de la seguridad del clan y de sus funcionarios y cómplices, pero no dudo acerca de su magnitud relativa, pero basta recordar que nunca viajan en el mismo avión por seguridad. Asimismo, sería distinto el escenario si se destinaran a esas erogaciones las ingentes sumas que el Gobierno gasta, todos los días, en publicidad para mentirnos acerca de los actos oficiales y de los proyectos faraónicos nunca encarados. ¿Cuántos problemas podrían encontrar solución si se les destinara un presupuesto de US$30 millones? Esos dos ejemplos bastarían para que cualquiera de los damnificados directos por estos inicuos procederes llevaran a doña Cristina y a don Néstor a los estrados tribunalicios, acusándolos de abandono de persona y de genocidio, con el grado de “lesa humanidad” al cual son tan afectos, puesto que se cometen desde el Estado contra un sector perfectamente definido de la sociedad. Y la responsabilidad, más allá de la última del Estado mismo, recae en los funcionarios a título personal, es decir, en aquellos que, como individuos, deben cumplir con los deberes a su cargo, comenzando por doña Cristina. Si algún día pudiera calcularse a cuánto llegan los montos involucrados en la corrupción –sobreprecios de obras públicas, retornos en los subsidios, discriminación impositiva a favor del juego, negociados de todo tipo, compras de todo lo imaginable- que Argentina paga todos los días, tengo la más absoluta seguridad que bastaría y sobraría para mejorar, en mucho, la alimentación y la atención de la salud de los sectores más excluidos de nuestra sociedad. Resulta notable, e indignante, que en la agenda del falso diálogo al cual la Presidente ha convocado figure en primer término una reforma política importante, sí, pero que sólo será utilizada –si prospera- dentro de dos años y medio, mientras se ignora la catástrofe social que está sufriendo hoy mismo nuestro pueblo. Y, como digo, los responsables son ambos, doña Cristina y su mandante, puesto que, al decir de ellos mismos, este fabuloso y exitoso “modelo de inclusión” comenzó en 2003. Hoy, más que nunca, lamento que Kapuścińki haya desaparecido, pues hubiera sido el periodista ideal para contar al mundo acerca de don Néstor y de doña Cristina, de los Ulloa, de los Jaime, de los De Vido, de los Báez, de los Cristóbal López, de los Eskenazi, de los Uberti, de los intendentes Méndez, de los Mercado y de todos los integrantes de esta banda ante la cual, no tengo dudas, Alí Babá hubiera muerto de envidia.

sábado, 11 de julio de 2009

IGNACIO FIDANZA

Néstor Kirchner entre sus varios defectos, tiene un talento político: lograr que la sociedad termine discutiendo lo que a él le interesa instalar y no los problemas de fondo que sufre su administración. En las recientes elecciones redujo una elección nacional –en la que perdía ampliamente-, al debate si ganaba o perdía la provincia de Buenos Aires. Ahora, está inoculando en los medios y a través de ellos en la sociedad, otro debate igual de insustancial: si Guillermo Moreno se va o se queda en el gobierno. Y aún gente informada como líderes de la UIA, la Mesa de Enlace o distintos referentes en materia económica, parecen haber pisado ese palito.Cuando lo cierto es que esa modificación del elenco gubernamental, es de una nimiedad conmovedora frente a la fenomenal crisis de caja que vive la administración nacional y que por estas horas tiene en estado de zozobra al mercado.Un importante ejecutivo de un banco alertó a La Política Online sobre los verdaderos motivos que se sospechan detrás del curioso “asueto sanitario” que la presidenta Cristina Kirchner le dio al personal estatal para este viernes; y que un tanto inexplicablemente causó la inmediata adhesión de los bancarios.“¿De verdad piensan que a los Kirchner les preocupa la salud de los argentinos? Esto es un feriado cambiario disfrazado”, señaló la fuente. La medida de extremo corto plazo revela la gravedad de la situación real de la economía, que lleva al gobierno a manejarse en plazos de horas. De hecho no parece casual que hayan sumado este asueto al feriado, empalmando con el fin de semana. Ganaron así, cuatro días vitales para pensar una salida a la crisis. Es que el mismo miércoles, cuando juraron los nuevos ministros se derrumbaron los bonos y la bolsa. El obligado impasse en la plaza financiera, conjuró por algunos días, el riesgo de un castigo similar a un ministro recién elegido.Pero no sería la única razón. Tan grave es la situación fiscal de la Nación –y todas las provincias, incluida la Ciudad de Buenos Aires-, que según explicó a La Política Online un funcionario del área económica: “La gente no tiene ni idea el alivio que es un día con la Tesorería cerrada. Son 24 horas sin emitir pagos, y sin enfrentar el infierno diario de los proveedores y contratistas que quieren cobrar”.Sin embargo, desde el kirchnerismo reconocen la crisis de caja existe, pero de ninguna manera tiene la perentoriedad que traslucen los medios y algunos economistas.Bono patriótico y no tantoEn este marco volvieron a correr fuerte en el mercado las versiones de distintas opciones desesperadas del kirchnerismo para hacerse con fondos. Se menciona un bono patriótico más o menos compulsivo, al estilo de los que imponía Domingo Cavallo a bancos y entidades con recursos. Hasta la locura de canjearle al Banco Central los encajes obligatorios de los bancos por una obligación.Es bueno recordar que esos encajes no son propiedad del Central, sino de los ahorristas que los depositaron en los bancos; y el Central los inmoviliza para preservar en alguna medida esos fondos de la especulación bancaria. Se puede entender como una garantía mínima a favor del ahorrista. Sin embargo, habría no habría que temer aquí por los depósitos, ya que a diferencia de los años de la Convertibilidad, esos fondos está pesificados y el Central tiene la fábrica de pesos. Es decir que –simplificando brutalmente- si la institución que preside Martín Redrado eventualmente acepta reemplazarlos por un bono, y algún banco el día de mañana necesita esos fondos, siempre estará el recurso -si el Gobierno no tiene la plata para levantar la obligación- de emitir pesos. Claro, que el efecto de darle a la “maquinita” es conocido: inflación.Seguramente se trate de versiones infundadas, pero lo grave es que tengan entidad. Y lo hacen en algún punto la captura de los encajes o la suscripción de un “bono patriótico” daría recursos a un Estado asfixiado, sin la necesidad de devaluar. Por un rato. Pero se sabe, que en el kirchnerismo el día a día es el único dogma inalterable.
La caída de los ingresos brutosEn la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias, un indicador central de la actividad económica está revelando la crítica situación que viven y que se agravaría el mes próximo. Se trata de la acentuada caída de la recaudación por ingresos brutos.Descenso que revela un enfriamiento de la economía y que según confirmaron fuentes del gobierno porteño: "el mes que viene se va a agrvar por el impacto en la actividad de la gripe A".Es clave en este marco el rol de Redrado, única garantía más o menos visible de racionalidad económica que queda en pie. El presidente del Central viene surfeando con gran habilidad entre las demandas del kirchnerismo y la necesidad de mantener un programa monetario que al menos conserve la apariencia de la consistencia. Apostaba a ser “el” ministro de Economía salvador después de las elecciones, respaldado por gobernadores y factores de poder locales e internacionales. Y una vez más, Kirchner lo dejó con las ganas.Ahora habrá que ver qué sucede si finalmente el kirchnerismo avanza con alguna de las medidas desesperadas que está maquinando y que deberían convalidar desde el Central. Por las dudas, sus allegados tienen avanzada una salida de lujo: podría ser el próximo rector de la Universidad de Ciencias Económicas de la UCA, donde ya ocupan cargos de relevancia gente de su entorno más cercano.Un Boudou para el ajusteNo parece casual que Néstor Kirchner haya elegido un ministro de Economía de raíz liberal, educado en el CEMA de Roque Fernández, para la etapa que se inicia. Sin fondos a la vista y descartada –por ahora- un "Rodrigazo" devaluatorio, lo que se ve es el principio de un ajuste.Por distintas vías, que al parecer mezclarán inflación y recesión . Por ejemplo, el flamante secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, ya anunció una reducción de los subsidios al sector, lo que derivará en suba de tarifas. Lo mismo está sucediendo en otros sectores sometidos a la regulación, como la energía. Por otro lado, ya sea vía un bono patriótico o algún impuesto a la renta financiera, lo que se está haciendo es secar la plaza de dinero y encarecer el crédito. La tontería de festejar el impuesto a la renta financiera oculta que este tributo los bancos lo cargarán a la tasa que volverá el crédito aún más inaccesible. O sea, no habrá financiamiento para la producción. O sea, una medida de ajuste recesivo.Y así se podría continuar citando ejemplos del giro que está realizando la política económica de Kirchner, con sus tiempos y contradicciones. Lo cierto es que más allá de los matices y las eventuales cortinas de humo, el gobierno sigue sin encontrarle la vuelta a un problema que ya está arrastrando a toda la economía nacional: el enorme agujero que dejó en las cuentas fiscales la disparada del gasto público que se realizó en el primer semestre, para ganar unas elecciones que por esas injusticias de la vida, igual se perdieron.

ROSENDO FRAGA

CIUDAD DE BUENOS AIRES (NuevaMayoría). La derrota -sumada a la perdida del control del Congreso y la renuncia de Kirchner a la Presidencia del PJ- hacen posible una crisis de gobernabilidad en los dos años y medio de gobierno que restan. El de Cristina es el sexto período presidencial desde el restablecimiento de la democracia en 1983. La pre-presidencial -la elección que se realiza previa a la presidencial- siempre ha tenido alto impacto político. En las cinco realizadas hasta el 28 de junio, siempre quien fue derrotado perdió la presidencial siguiente, y quien triunfó, la ganó. De acuerdo a ello, está claro que el kirchnerismo difícilmente pueda recomponerse para ganar en 2011. Pero esta vez, a diferencia de los cinco casos anteriores, no está claro quien ganará por la división de la oposición. En los dos casos que el oficialismo ganó (Menem 1993 y Kirchner 2005), las consecuencias fueron importantes: en la primera el Presidente consiguió su reelección mediante el pacto de Olivos, y en la segunda pudo tomar el control del PJ al derrotar a Duhalde. En los tres casos de derrotas anteriores, en dos se perdió la gobernabilidad (Alfonsín en 1987 y De la Rúa en 2001), pero en una se mantuvo (Menem en 1997). A favor de evitar ahora una crisis de gobernabilidad, cabe señalar que cuando se logró, el peronismo estaba en el poder. Pero también es cierto que las dos veces que el Ejecutivo perdió el control del Congreso, como sucedió con Alfonsín entre 1987 y 1989 y De la Rúa entre 1999 y 2001, hubo crisis de gobernabilidad. La elección ha dejado planteada una crisis dentro del peronismo, del cual Kirchner ha decidido alejarse. Su renuncia a la Presidencia del PJ el mismo lunes 29 fue para evitar que Reutemann -quien queda ubicado como el presidenciable con más posibilidades en el peronismo- la reclamara públicamente con apoyo de los gobernadores. Ese mismo día comenzaron a alejarse los primeros legisladores de los bloques del oficialismo; al día siguiente, el ex gobernador de Santa Fe sostuvo que Scioli no debía permanecer a cargo del peronismo; Francisco de Narváez dijo que Hugo Moyano, quien sigue en la conducción partidaria, también tenía que irse, diciendo que Kirchner podría ir preso; el gobernador de Chubut (Das Neves) sostuvo que el kirchnerismo está terminado, tras reunirse con Scioli; aun un gobernador kirchnerista ganador, como Capitanich, dijo que Cristina debía reunirse con los gobernadores; en la CGT, dirigentes que apoyaron a Narváez -como Venegas- comenzaron a pedir la renuncia de Moyano, mientras que éste endureció el reclamo salarial de su gremio; por fuera del peronismo, el Vicepresidente Julio Cobos -que por ahora queda como el presidenciable en mejor posición fuera del peronismo- reclamó un cambio de gabinete. Es claro que la crisis dentro del PJ ya ha estallado. A su vez, el matrimonio Kirchner desconoce la derrota y elige radicalizarse, girando hacia Chávez y no hacia Lula. El mismo 29 de junio, Kirchner en conferencia de prensa minimiza la derrota, planteándola como un empate y horas después su esposa afirma que el kirchnerismo se ha impuesto en todo el país, agregando que en Calafate ganó con el 60%, sin mencionar que en realidad fue con el 57% y con 45% de ausentismo. Ella defendió el INDEC y dijo que no cambiaría el gabinete y así fue. La ministra de Salud había renunciado horas antes y el Gobierno lo aceptó para reforzar su alianza con Moyano, que la cuestionaba. En las horas sucesivas fueron rechazadas las renuncias del ministro de Planificación e Infraestructura (De Vido), el de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos (Aníbal Fernández) y el secretario de Comercio (Moreno), entre otros. Al hoy ex secretario de Transporte (Jaime) también le fue rechazada, pero él decidió alejarse, buscando eludir en los próximos días las 16 causas por corrupción que lo afectan, en momentos que la justicia da señales de independencia por la pérdida de poder del Gobierno y la oposición reclama la modificación en el Consejo de la Magistratura. Cristina dijo que quería a Pino Solanas de aliado -lo que éste rechazó- y no a Reutemann o Narváez; Kirchner hizo su primera aparición pública en una asamblea de Carta Abierta, un grupo de intelectuales de izquierda que apoya al kirchnerismo; el próximo 26 de julio presidirá una asamblea de los movimientos sociales (piqueteros y organizaciones de derechos humanos) que lo siguen apoyado, convocado entre otros por Luis D'Elía, y Cristina viajó a Centro-América junto con Correa y Lugo para participar del fracasado retorno de Zelaya a Honduras. Pero la oposición todavía no percibe que para la población la Gripe A ha pasado a estar antes que las elecciones y que este problema puede provocar una crisis de gobierno. El lunes se publicaba que los infectados eran 1587 y los muertos 26. Si bien no era la cifra de infectados y de muertes mayor del mundo, sí era la mortalidad más alta por infectado. Pero dos días después, el nuevo ministro de Salud (Manzur), sostuvo que los infectados habían pasado a ser 100.000, con lo cual la Argentina tenía más que todo el resto del mundo junto. Fue reprendido por la Presidente y los infectados bajaron a 2409, cuando los muertos alcanzan a 60. Es decir que en la semana posterior a la elección, los muertos e infectados se han multiplicado prácticamente por dos. El gobierno nacional toma algunas decisiones y los gobiernos provinciales y los municipios las que creen convenientes, pero sin una conducción nacional para enfrentar el problema (cuya gravedad es hoy incierta dada su evolución en los últimos días). Cristina en Centro-América, si bien quiso eludir la derrota, no advirtió que su ausencia al agravarse la Gripe A acentúa la imagen de que ella no gobierna.

lunes, 6 de julio de 2009

NO me digas que no te dige

Consultados por Hoy, los especialistas coinciden en apuntar que el momento del país es propicio para ahorrar dinero en moneda extranjera. "La tendencia es al posicionamiento en divisas", aseguran

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Se sabe que en tiempos de crisis no existen fórmulas mágicas para gambetear la escasa circulación de moneda. Sin embargo, los especialistas en economía pueden brindar algunos consejos sobre cómo puede comportarse el ciudadano medio para resguardar y quizás hasta acrecentar sus ahorros. El panorama económico, según vislumbran los especialistas, continúa profundizando la recesión. “Este es un año en que la economía está en retracción, con una caída de entre 2 y 3% respecto de 2008”, apuntó el economista de la CTA, Claudio Lozano, en diálogo con Hoy.
En tanto, Marcelo Lascano, economista del Grupo Fenix, avizoró que el panorama negativo aún tiene posibilidades de recuperación: “Si las expectativas pesimistas se modifican, y se pone fin a la querella política inútil, la economía puede repuntar, reafianzando la confianza”.Por su parte, Aldo Ferrer puntualizó en su análisis sobre la economía nacional que “sigue ordenada, con problemas pendientes -como evitar la fuga de capitales- pero sin riesgos de desplomarse”. Según Ferrer, el momento es propicio para que el ciudadano medio se vuelque a realizar inversiones en pesos, por ejemplo en títulos públicos, y sobre todo para comprar dólares, preferentemente de bancos argentinos. “Si bien el comportamiento del dólar y el euro en Argentina estará sujeto a definiciones según las políticas que implemente el Banco Central, la economía seguirá con un nivel de actividad modesto, sin cataclismos”, aseguró.
Desde el punto de vista de Claudio Lozano, durante este año seguiremos siendo espectadores de un “agravamiento del cuadro social, la reducción en la disponibilidad de recursos públicos, con una baja en la recaudación, y un estado nacional con dificultades financieras muy serias y las provincias ajustadas y deficitarias”.
En este panorama, la presión cambiaría “aumentará por la posibilidad de devaluación, y el dólar y el euro tenderán a subir” (y el peso a devaluarse respecto de las dos monedas). Por eso, Lozano aconseja que “si el sistema financiero y cambiario se mantiene tal cual está en esta coyuntura, la tendencia es al posicionamiento de divisas”, aunque advirtió por fuera de su sugerencia, si él fuera parte del Estado lo impediría “por la tendencia a la devaluación que eso conllevará”.
Lascano, por último, fue categórico con respecto a las monedas de cambio: “El euro es una anarquía porque es la moneda común de 16 de los 27 países europeos, por lo cual se pueden desbarrancar en cualquier momento”, mientras que “no hay ninguna moneda por ahora que pueda competir con el dólar, el 75% de las reservas del mundo están en dólares”.
En síntesis, “sigue siendo la moneda preferencial de la gente, y la de más estabilidad”. Ahorrando y aguardando la evolución de medidas mundiales y nacionales en contra de la crisis, no toda debacle es caída, y la economía, según los especialistas, aún está a tiempo de recuperarse. “Son necesarias buenas señales políticas, dejar de lado las provocaciones, revisar los presupuestos estatales, arreglar la situación con el campo y las demás fuerzas políticas de la Argentina y se puede superar la tormenta, subiendo el espíritu del inversor medio argentino”, soltó como reflexión final Lascano.
Costumbre argentina
La vieja manía argentina de dolarizar los ahorros está resultando bien palpable este año. No sólo el atesoramiento de billetes verdes tiene como destino el exterior (conocido como “fuga de capitales”), sino que incluso el fenómeno se produce dentro del mismo sistema financiero argentino. Mientras que los depósitos en dólares crecen 17,5% en 2009 (récord post convertibilidad), las colocaciones en pesos del sector privado están totalmente estancadas.
Es más, si se toma la variación de los últimos 12 meses, se encuentra que los depósitos en divisas crecen 31% contra una merma del 0,7% para los de pesos. El parate de estos últimos está relacionado con el crecimiento de los primeros, ya que no hay fondos nuevos que ingresen al sistema para hacer colocaciones en dólares, sino que son los “viejos” clientes en pesos que se pasan a moneda dura. Tanto los consultores privados como el Banco Central destacan que, al menos, esto es un dato positivo porque el ahorro queda “fronteras adentro”.
diario Hoy

Banco Provincia

Banco Provincia restringe su horario
Las autoridades del Banco Provincia recordaron que pueden utilizarse las herramientas informáticas y tecnológicas para realizar diferentes transacciones bancarias, sin la necesidad de concurrir a las sucursales.
“La utilización del servicio Home Banking a través de Internet (www.bancoprovincia.com.ar) es uno de los mecanismos más ágiles y cómodos para realizar todo tipo de transacciones, tales como consultas de saldos y movimientos, transferencias a cuentas, recarga de celulares, pago de impuestos y servicios”, señaló la entidad en un comunicado.También se podrán realizar gestiones a través del Centro de Contactos Telefónicos del Banco Provincia, al 0810-22-BAPRO (22776), con atención personalizada de lunes a viernes de 8 a 20 hs., y con autoservicio las 24 hs., todos los días. Previamente, requiera su Clave Telefónica en cualquier cajero automático de la Red Link.
diariohoy.net

EUGENIO PAILLET

Tarde, pero seguro, Cristina Fernández está decidida a borrar la percepción colectiva del "doble comando" entre ella y Néstor Kirchner para conducir los destinos del país que la martirizó durante lo que lleva de gestión en la Casa Rosada.
Un importante ministro del gabinete nacional aseguró que, más allá de los gestos de autismo y soberbia que mostró la presidenta apenas después de la dura derrota del oficialismo en las elecciones del 28 de junio, las horas que siguieron dieron paso a un tipo de análisis un poco más realista, siempre puertas adentro de sus despachos. Y la primera conclusión, todavía en ciernes, de esas tribulaciones, es que se impone una suerte de "transferencia del poder" del ex presidente a su esposa, o un forzamiento de la situación por parte de ella, a expensas de los deseos de su esposo.
"Acá hubo gestos que no se podían soslayar, porque a todos nos corre sangre por las venas, pero, una vez pasado el tiempo habrá (que hacer) la necesaria catarsis y se corregirá lo que haya que corregir", dijo ese ministro, que tiene su continuidad asegurada. Por gestos, se refería a las presentaciones casi desafiantes de Kirchner y de Cristina, la madrugada de la derrota y durante la conferencia de prensa de la mandataria en la Casa Rosada, que provocaron perplejidad en la oposición y los observadores imparciales, y más de un reproche o enojo en las filas del propio gobierno.
Ese posicionamiento de Cristina Fernández, destinado a dotar finalmente de autonomía a su presidencia, no habría sido un tránsito fácil entre aquellas primeras horas posteriores al 28 de junio y el resto de la semana que termina, que fue calificada, por un confidente del poder, como la peor desde que los Kirchner desembarcaron en la Casa Rosada, en 2003. "La vivieron peor que la semana de la pelea con el campo, cuando Néstor amenazó con hacer las valijas", reconfirmó un hombre del entorno.
También se desgrana, en la más absoluta intimidad de algunos despachos, el reconocimiento de que no habrá gobernabilidad que defender si no hay un cambio profundo de métodos, actitudes y hasta de nombres. Al margen de que es un dato de la realidad, a estas alturas, que la presidenta tiene por misión excluyente gobernar hasta diciembre de 2011 y concluir en ese momento con la fuerte presunción de fin de ciclo para el largo reinado del kirchnerismo, que parece inexorable.
Se habla, entre susurros, de fuertes discusiones en Olivos, de reproches, en su mayoría decididos a poner de manifiesto un escenario que muchos en el oficialismo veían desde hace bastante tiempo, pero que nadie se animaba a plantear cara a cara ante el matrimonio gobernante. Hablan de la percepción casi sin fisuras, por estas horas, en los principales despachos del poder, de que la debacle electoral del 28 de junio sobrevino, antes que nada, por aquel estilo destemplado y guerreador, plagado de falsas denuncias, chicanas y malos presagios para la sociedad si osaba no votar las listas oficiales, que impuso Kirchner a la campaña.
Para esos analistas del poder, el perfil del voto del domingo último fue de claro castigo a Kirchner y a su lamentable modo de hacer política. "No percibimos un voto contra el gobierno o contra la gestión, pero sí hacia una forma de hacer las cosas que la sociedad terminó por castigar", se escucha.
Los escasos funcionarios que han podido ver esta semana a Kirchner lo describen como un hombre completamente aislado, al que es casi imposible sacar alguna palabra. Cayó en ese estado después de aquel otro mal paso que fue el reportaje que dio en Olivos para anunciar que renunciaba a la presidencia del Partido Justicialista y cedía el mando a Daniel Scioli. Lo mismos confidentes del gobierno encuentran allí un nuevo error: pasar la posta al gobernador, perdedor como él en la madre de todas las batallas que fue la que se libró en Buenos Aires, podía ser interpretado como otra mojada de oreja al peronismo, en particular, y a la sociedad, en general.
Así fue: El común de los ciudadanos dijo, al día siguiente, que se trataba de puro gatopardismo y que Kirchner sería, en realidad, quien seguiría manejando los hilos del partido; ahora, a través del dócil y diligente Scioli. Y los gobernadores peronistas, más los referentes provinciales que triunfaron en sus provincias por afuera de las estructuras partidarias o del apoyo de la Casa Rosada, han rechazado de plano, en sus conversaciones reservadas con el vicepresidente a cargo, sus pergaminos para mantenerse impoluto en ese sillón, como si nada hubiese ocurrido.
Hay quienes, sin embargo, pintan a otro Kirchner: silencioso, es cierto, y retraído, cuchichea, ante sus escasos visitantes, que cometen un grave error aquellos dirigentes de su partido que lo creen fuera de carrera. "Se equivocan los que dicen "a rey muerto rey puesto"; yo voy a dar batalla y voy a pelear la candidatura presidencial de 2011", desgranó, furioso, ante un secretario de Estado que lo visitó a mitad de semana.
Volvamos a Cristina. La presidente observa todo ese panorama desde otro prisma, dicen sus confidentes. Ella habría espetado a su esposo que, hasta ahora, se comportó como fiel soldado de la causa y que más de una vez avaló algunas políticas con las que estaba en desacuerdo. Pero ese tiempo se terminó con la derrota del 28 de junio. Ahora, buscaría armar un gobierno con perfil propio, decidida a gobernar los dos años y medio que le restan con marcada autonomía del poder central que emanó y todavía emana del santacruceño. Hay que decirlo: no es la primera vez que los voceros y confidentes del cristinismo alientan ese tipo de veleidades de la mandataria. Nunca cumplieron, porque todo siguió bajo la consigna del "doble comando" que imponía Kirchner. A fin de cuentas, cuando ella se presentaba en la campaña para presidente como la protagonista del cambio, por lo bajo se aseguraba a su lado que haría polvo más de medio gabinete de ministros y secretarios que había llegado a la gestión en 2003. La historia que siguió es bien conocida y la deja completamente desairada.
Si la presidenta planea un gobierno autónomo, la verdad es que no se nota. La designación del ex macrista y ahora devidista Juan Pablo Schiavi, en reemplazo del cuestionado Ricardo Jaime, al frente de la secretaría de Transporte es lo que parece: más de lo mismo. Para peor, el arranque que aseguran algunos de sus confidentes pareció tener horas atrás, cuando la vieron dispuesta a aceptar la renuncia verbal que le había entregado Guillermo Moreno, quedó en amagues. El impresentable secretario de Comercio sigue en su puesto y nada parece, por ahora, indicar que algo vaya a cambiar en su futuro cercano.
Hay, con todo, otra línea de estrategia, aunque, por ahora, no sea mucho más que trazos todavía demasiado gruesos, que abonaría aquella presunción de que, efectivamente, Cristina Fernández planearía pegar el salto hacia destinos menos atados a la irascibilidad constante de su esposo.
Moreno podría salir eyectado de su poltrona, pero en un plazo más largo que el que le desean sus enemigos de adentro y de afuera. Y entraría en un "paquete" de relevos e ingresos destinado a cumplir con aquel otro deseo de Cristina: parar en la cancha, para lo que le resta de mandato, un equipo de ministros y secretarios un poco más presentable y menos cuestionado, o menos ligado a las prácticas que llevaron al kirchnerismo a la peor derrota electoral de su historia.
Algunos, en el gobierno, hablan de un puñado de días, a lo sumo una semana, para que se conozcan novedades en ese sentido. En la Casa Rosada, sostienen, en cambio, que los relevos y designaciones para dar paso al nuevo elenco, con figuras menos expuestas y hasta con la llegada de extrapartidarios, habría que esperarlos para después del 20 de julio. Ese día, la presidenta asistirá a la Cumbre del Grupo de los Veinte que se realizará en los Estados Unidos. Al regreso de su encuentro con los líderes de los países desarrollados y algunos emergentes, como la Argentina, se conocerían las modificaciones. También se dice que, por el contrario, ella podría aterrizar en Pittsburgh, que es la ciudad norteamericana del encuentro donde será anfitrión Barak Obama, con esa señal destinada a frenar las críticas a un estilo de gestión (con su carga consiguiente de inseguridad jurídica, falta de reglas claras de juego y desaliento a las inversiones) que se le han formulado en Europa y en el poderoso país del Norte.
Entre las medidas para maquillar su gobierno, y con el tiempo se verá si es algo más que eso, la presidenta quiere nombrar un nuevo ministro de Economía, en reemplazo de un hombre eficiente, pero gris, como es Carlos Fernández. Antes que ninguna otra cosa, la estrategia persigue sugerir que también en este campo hay intentos de mostrar autonomía. Es decir, desalentar desde ese entonces la fundada suposición general de que, en todos estos años, el verdadero ministro de Economía ha sido Néstor Kirchner, sin importar quién haya estado sentado en el Palacio de Hacienda. Y sin que eso suponga, va de suyo, pretender que el santacruceño haya entendido alguna vez nada de economía.
De entre la ristra de apellidos que han circulado, en las últimas horas, para suceder a Fernández, algunos lisa y llanamente calificados por fuentes del cristinismo como "autopostulados", hay tres que están en carrera, para el paladar de la mandataria: Mario Blejer, Martín Redrado y Mercedes Marcó del Pont. Hay un primer dato que los ha unido, según se sabe, y que a la vez justificaría aquella decisión de sacarse de encima a Guillermo Moreno, no importa cuántas sean las presiones ni el lustre de sus defensores: cualquiera de ellos condiciona su desembarco en Economía, sin posibilidad de negociar, al despido del secretario de Comercio.
Otro dato: de aquellos tres anotados en la grilla, Blejer es quien se lleva los mejores elogios de la presidenta. Pero Moreno sigue y seguirá siendo una piedra en el camino. Deberá removerla, si quiere coronar con éxito la jugada.
Daniel Scioli, como Cristina Fernández, ha descubierto, ahora, que hay epidemia de gripe A en la Argentina. La presidenta no pudo evitar su recurrente estilo de alegre estudiantina para recomendar hasta cómo lavarse las manos o dejar de besarse, como si fuese una experta en el tema. El gobernador lo ha hecho por otros motivos. Deberá remontar la dura derrota del domingo y la percepción de que su devoción por los Kirchner casi terminó dictando el certificado de defunción a su candidatura presidencial de 2011.
Su dedicación a la atención de la epidemia fue paralela a su ejercicio de flamante presidente del PJ que le delegó el santacruceño. Aquí, el fracaso ha sido estrepitoso. Scioli escuchó todos los reproches que tenía que escuchar de gobernadores o jefes territoriales que ganaron, y no perdieron, como él, el 28 de junio. Consecuencia: Esta misma semana renunciará a su breve reinado y llamará a la creación de una comisión de Acción Política, para que se haga cargo de normalizar el partido y llamar a elecciones internas.
Confidentes cercanos a Scioli comentan que le han reprochado, algunos de sus hombres, lo que ya le reprochaban mucho antes de las elecciones: que tanto felpudismo con Kirchner lo iba a pagar caro, y, encima, aceptó que el ex presidente lo nombrara en el PJ, con lo que dejó no sólo la impresión de que sigue haciendo lo que Kirchner le ordena, sino que no entendió nada de lo que pasó con el resultado de las elecciones.
Por eso y para no terminar de rifar su candidatura de 2011 es que Scioli entregaría, esta semana, el partido a los gobernadores y se dedicaría a reconstruir su candidatura desde la gestión en la gobernación. Y no descartaban esos confidentes que, si así son las cosas, en algún momento también comience un despegue de Kirchner, aunque no del gobierno de Cristina, al que dice que va a defender aun pese a todas las críticas.

MARISA ALVAREZ

Los resultados de los comicios en la Provincia admiten múltiples lecturas. Desde el "perdimos por poquito" que leyó Néstor Kirchner, hasta la "contundente victoria" que leyó el ganador. En el medio, los bonaerenses dejaron con sus votos varios mensajes que deberían ser atendidos.
En el oficialismo explotaron las broncas y las desconfianzas. Y algo se quebró para siempre: la relación entre Kirchner y los dirigentes peronistas bonaerenses
Para la pelea mayor, nueve de cada diez bonaerenses votaron por la lista de Unión Pro que encabezaron Francisco De Narváez y Felipe Solá (3,6), la del Frente Justicialista que lideraron Néstor Kirchner y Daniel Scioli (3,1) y la del Acuerdo Cívico que postuló a Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín (2,1). Una primera lectura dice entonces que, efectivamente, el oficialismo perdió por poco, o si se prefiere, que De Narváez ganó por poco. Pero limitar la mirada a esos números sería peligroso.Kirchner ganó en sólo una de las ocho secciones electorales en que se divide la Provincia: la Tercera, que corresponde al sur del Conurbano, uno de los dos bastiones del peronismo. En el resto de las secciones -el otro bastión del PJ, en el norte y oeste del Conurbano; las cinco secciones del interior y la Octava (La Plata)- ganó De Narváez; y además, salvo en la Primera, en todas ellas la nómina del ex Presidente salió tercera, luego de la de Stolbizer.Pero si, como se preveía, fue durísima la derrota de Kirchner en el interior, su apuesta al Conurbano terminó en catástrofe. Allí, donde apenas un par de la treintena de intendentes no son peronistas o aliados al kirchnerismo, De Narváez se impuso en 12 municipios, frente a los 16 en los que ganó Kirchner. Algunas de esas victorias del empresario "impresionan": la de Tres de Febrero, el pago de Hugo Curto, por ejemplo. Tanto como "impresionan" las derrotas de Kirchner en Lanús, San Miguel o San Fernando. A las 10 de la noche del domingo, el referente de La Matanza, el vicegobernador Balestrini, le seguía prometiendo a Kirchner que ya llegarían los 20 puntos de diferencia que "darían vuelta" el resultado general: fueron 11 y no alcanzaron.Esos datos reflejan la solidez y extensión del triunfo de De Narváez y la dimensión de la derrota de Kirchner más allá de los 2,5 puntos de diferencia en el total general. Pero los bonaerenses dejaron también otros resultados y otros mensajes clave en los cuartos oscuros.Para la elección de legisladores provinciales ya no hubo hegemonía de Unión Pro ni derrota generalizada del oficialismo. El Frente Justicialista ganó en la Primera, la Tercera y la Octava; el Acuerdo Cívico en la Cuarta, la Sexta y la Séptima; y Unión Pro sólo en la Segunda y la Quinta. Y en la elección de concejales, las listas que respondían a los intendentes -fueran del PJ, radicales o vecinalistas- ganaron en la mayoría de los 134 distritos, destacándose las victorias de los intendentes peronistas del interior pese al conflicto con el campo.Los bonaerenses, en fin, ungieron con nitidez ganadores y perdedores, pero también repartieron sus votos en dosis equilibradas que determinaron un nuevo mapa político con un mayor reparto del poder en los ámbitos legislativos.Con estos resultados a la vista, en el oficialismo explotaron las broncas y las desconfianzas. Y algo se quebró para siempre: la relación entre Kirchner y los dirigentes peronistas, liderados por los intendentes, que lo acompañaron desde el 2003. Desde el domingo a la noche el ex Presidente cae varias veces al día en pozos de furia, en los que los acusa de traidores, por haber obtenido más votos que él. Los referentes distritales, en cambio, están convencidos de que la candidatura de Kirchner fue un contrapeso para sus listas municipales y por su culpa sus Concejos se poblarán de opositores.Ishii, el intendente de José C. Paz que, habiendo ganado con el 55% en un distrito en el que Kirchner cosechó 52%, montó una parodia de renuncia para "ir distrito por distrito a verles la cara a los que jugaron a dos puntas"; y D`Elía, que define a los dirigentes peronistas como "caudillos de un aparato tramposo, desleal y sin patria", representan por estas horas a Kirchner en estado puro. El ex Presidente rumia similares opiniones ante sus hombres de confianza, a quienes les dice que volverá a la transversalidad, imaginando alianzas con los dos dirigentes progresistas que hicieron buenas elecciones el domingo, el porteño Solanas y el bonaerense Sabbatella. Por su lado, los dirigentes descalificados no disimulan su bronca. Juran que ya no recibirán una sola orden política más de nadie. "Kirchner fue", dicen.No habrá por un tiempo, sin embargo, declaraciones públicas en ese sentido y mucho menos rupturas formales. Las dificultades financieras de los municipios y la necesidad de fondos nacionales para realizar las obras prometidas en la campaña condicionan los movimientos de los intendentes.En ese clima, los analistas ponen la lupa sobre el mayor fracaso de este proceso electoral: los candidatos testimoniales. Ni la incorporación de Scioli a la lista de Kirchner ni las de intendentes exitosos a las nóminas de legisladores provinciales -como la del marplatense Pulti en la Quinta y la de Eseverri en la Séptima- sirvieron para evitar duras derrotas. Creer que la gente podría votar una lista que no le simpatizaba por la mera participación en ella de un candidato que no era tal, implicó una subestimación de la gente. Y ahora, creer que algunos resultados se dieron porque los intendentes "mandaron" a cortar boleta a miles y miles de ciudadanos, es volver a subestimar a la ciudadanía; además de un peligroso error político.Desde la derrota, el gobierno de Scioli, en tanto, atraviesa días difíciles. La dirigencia peronista bonaerense lo quiere concentrado en la gestión y no comparte el rol de "reorganizador" que asumió en el PJ nacional. El Gobernador, por su lado, se propone reafirmar su gestión desde tres premisas: no comparte el reparto de culpas que se hace en Olivos; apelará al diálogo en una Legislatura en la que estará en minoría; y apoyará los pedidos de los intendentes por los fondos para terminar las obras públicas.

CARLOS SALVADOR LA ROSA

MENDOZA (Los Andes). Previo a los comicios, veníamos sosteniendo dos ideas complementarias: la primera, que el combate material se libraría en la provincia de Buenos Aires y que el combate simbólico acontecería en la provincia de Mendoza.
La segunda, que los únicos dos políticos poskirchneristas surgidos hasta ahora son Julio Cobos y Francisco de Narváez, no tanto porque ellos se lo hayan propuesto así sino porque Néstor Kirchner los hizo nacer, los dio a luz en una analogía casi perfecta con el mito del Doctor Frankenstein, quien trajo a la vida una criatura que no se asemejaba en nada a lo que él soñó crear, pero que igual nació y terminó siendo la causa final de su desgracia.
El domingo estos presagios se confirmaron: en todos los distritos del país donde se debatían candidaturas nacionales, hubo dobles o triples empates. Menos en Mendoza, donde el triunfo de Cobos fue contundente.
Y tampoco en Buenos Aires, donde los dos puntos de ventaja que De Narváez le sacó a Kirchner, al gobierno nacional y al aparato peronista del conurbano sumados, fue también contundente, por la desproporción absoluta de recursos. Como en una historieta de Walt Disney, De Narváez y su herencia de Casa Tía destrozaron a quien se candidateó con los recursos enteros de la Nación.
Cobos y De Narváez ganaron contra el mal padre y contra los suyos propios. Cobos es un seguidor intuitivo del clima de los tiempos desde ese fatídico voto que le propinó a Kirchner la primera derrota de su vida. De Narváez es un seguidor de los métodos de Cobos, que tradujo en lenguaje marketinero las tendencias que el Cleto intuyó en la gente y a las que hace un año se esfuerza, más que en representar, en seguir literalmente.
Lo que el viento se llevó. Si cuando los vientos históricos cambiaron su rumbo Néstor Kirchner los hubiera al menos comprendido -sin necesidad de hacer seguidismo ni de negar sus convicciones- e incorporado las nuevas demandas políticas de la sociedad (ninguna de ellas necesariamente contradictorias con lo que él venía haciendo), nada de lo que aconteció en estas elecciones habría ocurrido igual.
Cuando Kirchner se sintió negado por la realidad, cometió el único error que ningún peronista debería cometer (Perón siempre tuvo a “la única verdad es la realidad” como precepto de su accionar): intentar vencer a la realidad. Y para eso decidió crear artificialmente una situación de enfrentamiento entre los argentinos, una supuesta división en dos del cuerpo social, que quizá exista en Venezuela pero que en la Argentina no existe desde el renacer democrático de 1983.
Antes de la aparición del Cobos superstar del no positivo, fue la gente quien reaccionó indignada contra esa pretensión divisionista. A la gran mayoría no le molestaban los contenidos ideológicos que Kirchner imponía a su forma de gobernar (por el contrario, en las encuestas había más simpatías por las posiciones estatistas que por las privatistas, algo que aún hoy no cambió).
Tampoco su estilo confrontativo y polémico era despreciado por la sociedad (más bien se lo veía como el justo reto de un hombre de pocas pulgas que había recuperado el orden, subordinando a los gritos a una clase política a la cual el pueblo sigue sin amar).
En realidad, contra lo que los ciudadanos en inmensa mayoría se sublevaron fue contra ese deseo más o menos implícito de Néstor Kirchner por recrear de modos más o menos pacíficos la guerra civil entre los argentinos. Y además, en un momento en que no existía ninguna condición objetiva para ello, al revés de lo que ocurrió en casi todo el transcurrir de nuestra historia nacional.
Por eso (mucho más que por amor al campo y a sus reivindicaciones) es que en los iluminadores días de julio de 2008, la calle fue ganada por los opositores al gobierno, que derrotaron en una magnitud de tres o cuatro veces a los movilizados por el oficialismo. Algo inédito dentro de un gobierno peronista. La gente gritaba por la paz y los encuentros mínimos que suponía conquistas ya definitivas de la democracia, a pesar de los dramas que ella trajo consigo, en particular los terribles días de fines de 2001, cuando la anarquía estuvo a punto de quedarse con el país, pero finalmente fue vencida (aunque nunca se sabrá si del todo).
Los argentinos se indignaron contra la re-creación ficticia de odios que suponían -y suponían bien- que de revivir hasta les harían perder incluso las conquistas sumadas durante el propio kirchnerismo.
¡Con esas cosas no se juega!, clamaron millones al unísono, pero Kirchner decidió jugar con ellas para mantener un poder que precisamente comenzó a perder cuando en vez de intentar superarse a sí mismo, intentó infructuosamente consolidarse en un presente eterno apelando a un pasado pisado que intentó revivir. Como Frankenstein.
Un hombre como la gente. Al calor de esos climas de época, nació el nuevo Cobos, ese modesto gobernador de provincia y más modesto aún vicepresidente, quien fue gestado por la primera gran disidencia entre el líder y la gente. Fue parido no por un acto de amor sino de desilusión y bronca.
Él, hábilmente -por las razones que fuera- se ofreció como prenda de paz frente al señor de la guerra. Ante la indignación de éste y la sorpresa del resto de los políticos, que desde ese día jamás lo verían como uno de los suyos, sino sólo como un traidor a su clase, al cual instrumentar o despreciar.
¡Igual que lo que hicieron siempre los políticos con nosotros!, murmuró la gente, e inmediatamente adoptaron a Cobos como uno de los suyos, una virgen en el nido de víboras.
Cosa que si no era cierta fue tan ben trovata que en los meses posteriores Kirchner y sus obsecuentes se encargaron de convertirla en realidad, vía las insignificantes maldades con que buscaron sacárselo de encima (quitarle el saludo, un avioncito o los granaderos), con un estilo más parecido al del Capitán Garfio contra Peter Pan que al de malvados en serio.
Y con cada maldad de esas, a Cobos le bastaba con poner cara de víctima para sumar y sumar más prestigio.
Otro hombre como la gente. Así como Cobos fue la reacción espontánea con que se identificó la gente frente a un Kirchner que buscó partir en dos a un país no partido. De Narváez fue concebido por inseminación artificial en los laboratorios de los publicistas que cobraron fortunas por un solo spot, que consistió en cambiar el slogan delarruista de un hombre aburrido por el de un hombre como la gente. Reprodujeron en el laboratorio comercial lo que Cobos produjo en el Senado.
La habilidad política de De Narváez consistió en seguir al pie de la letra los consejos de sus asesores de imagen, a la vez que se negó sistemáticamente a escuchar a sus aliados políticos.
Exactamente lo mismo que venía haciendo Cobos y que multiplicó por mil para ganar su elección en Mendoza.
En efecto, si De Narváez hubiera peronizado su campaña como le proponía Solá, si hubiera sumado en sus listas a los impresentables que le proponía Duhalde para garantizarle una parte del aparato del conurbano, o si no hubiera contradicho al imprudente de Macri que en la última semana le regaló a Kirchner un debate entre privatismo y estatismo (aparte de las mil macanas que cometió en la campaña), pues bien... De Narváez hubiera perdido.
Por su parte, si Cobos se hubiera encerrado en la UCR como hizo Lilita Carrió, que volvió a su ex partido como una mamá que se proponía proteger a los bebés que alguna vez abandonó, o si hubiera nacionalizado su campaña, pues... aun habiendo ganado en Mendoza, la contundencia de su triunfo hubiera sido mucho menor.
Además, su encuentro con De Narváez fue un hecho clave, de una audacia insólita, que suplió simbólicamente lo que debieron haber hecho todos los opositores sumados: proponerle a los argentinos una unidad legislativa basada no en programas comunes ni alianzas imposibles, sino en cinco o seis grandes temas compartidos para la reconstrucción republicana.
No es casual que esa entrevista simbólica la hayan hecho justo Cobos y De Narváez, ante el odio -o al menos la incomprensión- de los suyos propios.
¿Qué queda luego de las elecciones? Un kirchnerismo en pleno naufragio que deberá cambiar mucho de rumbo para escaparle a los tiburones en acecho, sedientos por beber la sangre de las heridas que el propio Kirchner abrió sin necesidad alguna. Una serie de políticos prekirchneristas que quizá no quieran volver atrás pero que seguramente no tienen la menor idea de cómo ir hacia adelante.
Y dos políticos -sólo dos- poskirchneristas, que hablan como la gente (uno porque es así, el otro porque lo fabricaron así) y que por lo tanto expresan mejor que nadie las nuevas tendencias sociales, pero a la vez aparecen como los políticos menos capaces de trascender lo que expresan, de transformar los reclamos en políticas.
Cobos y De Narváez emergen como los dos únicos políticos nacidos al calor de los nuevos vientos de la historia (en contra de aquellos que los negaron y de aquellos que siguen sin comprenderlos), pero cuyo éxito primordial se debe a su escasa lógica política tradicional, por lo cual no existe partido que los contenga ni alianza que sean capaces de construir.
Hacen sólo lo que les viene en ganas (o lo que le viene en ganas a esa abstracción llamada gente), pero difícilmente estén capacitados para hacer lo que se debería hacer: cabalgar la evolución -al decir de Perón- como jinetes conduciendo el viento. Por el contrario, los dos -al menos hasta ahora- no se diferencian en nada del viento. Van hacia donde el viento va, pero no lo conducen ni parecen saber cómo hacerlo.
Por lo cual, el problema principal que tiene la Argentina poskirchnerista es que las cabalgaduras han quedado vacías.

domingo, 5 de julio de 2009

OBERDAN ROCAMORA

Del “kirchnerismo de hegemonía” -según evalúa Consultora Oximoron-, después del 28 de junio, se pasa al “kirchnerismo de acotación”.De acuerdo, pero sólo en el plano teórico.Por la desmesura del sujeto tratado -Kirchner-, se asiste a una imposibilidad práctica.Téngase en cuenta que el kirchnerismo, sin la hegemonía, no existe. Con los límites que marca “la ilusión de ya no ser”. Con el poder compartido, tristemente reducido, sin los personajes emblemáticos, no sería tal. El dilema es más grave.Por lo tanto las atenciones comienzan a confluir, otra vez, en Cobos.
El hijo pródigo
Después de la derrota -para el peronismo una equivocación fatal-, las reacciones de los referentes conyugales, en la madrugada y en el atardecer del 29 de junio, clausuraron las puertas del raciocinio. Para entreabrir, en simultáneo, las puertas de la inquietud. Ante la incertidumbre.
“Están dominados por los efectos de la emoción violenta”, confirma la Garganta, ostensiblemente preocupada. “Habrá que darles una semana a los Kirchner, o diez días. Para que racionalicen. Y acepten el clarísimo mensaje de hartazgo que les envió la sociedad”.La Garganta es radical. Conjuga el democrático optimismo, con los recaudos que depara el temor.El optimismo alude a la recuperación política.Después del helicóptero maléfico, que se llevó -simbólicamente- al partido centenario, en el 2001, junto al desgarrado presidente De La Rúa, sienten -en el 2009- que el próximo gobierno va a ser radical. En el 2011. Acaso en el 2010.Transitoriamente devaluadas las ambiciones de la señora Carrió, se acepta, de manera unánime, que Cobos es el elemento aglutinante. El mejor posicionado para lanzarse a la aventura de capturar el “poder vacante”. Es el hijo pródigo que vuelve, legitimado territorialmente, después de excursionar por los bordes del pecado.A través del entendimiento (”alianza” es otra palabra maléfica), con los socialistas circunspectos de Binner, pueden lanzarse. Infinitamente más sólidos, los socialistas, que aquella conjunción de peronistas, afectados por el síndrome progresista del antimenemismo. Los que seguían, en el 99, junto a los izquierdistas nostálgicos que buscaban empleo, a Álvarez, el Chacho.
Los radicales, mayoritariamente, prefieren que, después de la derrota -”por puntitos”- de El Elegidor, el gobierno de La Elegida se estabilice.“Por el costado de la sensatez”, insinúa la Garganta. En francés: para que no se estrelle. Por la eventual ”profundización del modelo”, que los llevó a estamparse, contra el paredón del fracaso.Prefieren, según nuestras fuentes, que los gobernadores del justicialismo se coloquen las pilas de la colaboración. Para comprometerse, de manera activa, con la administración del ocaso kirchnerista.Con el gobierno que, patológicamente, no asume la idea de su propia fragilidad.Porque tienen que compartir, en las malas, los efectos de la misma superstición política. El peronismo. Por lo tanto, a este gobierno peronista, nunca deben dejarlo caer.
Sin embargo los radicales temen. A que los peronistas, otra vez, los envuelvan, en la dinámica de sus altibajos. Y que “después de pagar las cuentas de la fiesta menemista”, y después de una estancia de ocho años en el túnel, cuando comienzan a recuperarse, tengan, otra vez, que pagar las cuentas.Ahora, de “la fiesta kirchnerista”. Y que tengan, como en la canción de Rubén Reches, que ponerse “a lavar los platos”. Realizar el trabajo sacrificado. Para exponerse, de nuevo, al virus del helicóptero.
“Que gobierne Cobos”
El virus del helicóptero legitima el estado deliberativo.Para colmo, desde la Secretaría de Estado de Página 12, se anticipaba que, en caso de derrota, la continuidad del gobierno de La Elegida iba “a ser problemática”.Sintonizaba Verbitsky con el veredicto expresionista del silenciado Pérsico:“Si perdemos nos vamos, y que gobierne Cobos”.Que es, para ser exactos, justo lo que los radicales, estratégicamente sensatos, no quieren.“El próximo gobierno, Rocamora, va a ser radical. Y probablemente presidido por Cobos. Pero tiene que ser elegido democráticamente. Así sea en el 2010″.Entre los radicales, según la Garganta, se prefiere el apuntalamiento artificial de La Elegida. Y que se hagan cargo de las consecuencias de su fiesta. En el caso del colapso, sin otra alternativa, sostienen que Cobos tendría, también, que dimitir. La idea, conjeturalmente especulativa, confronta con otra, menos dominante. Alude a la concepción de responsabilidad institucional del sujeto de referencia. Cobos.
Crédito del Portal
Es aquí donde crece, a su pesar, la dimensión de estadista de Pampuro. El crédito del Portal, ganador del legendario Premio “Tweety Carrario”.Hoy Pampuro se encuentra, según Gargantas, espiritualmente cerca de Reutemann.Es -Pampuro- el Presidente Provisional del Senado, al menos hasta diciembre. Segundo en la línea de sucesión. Algunos lo imaginan, sin mayor histrionismo, transitoriamente, con la banda. A los efectos indeseables de gerenciar las elecciones anticipadas, para el 2010. Tal como lo anunciara Clarín, en un habitual rapto de “nervios”.
Oberdán Rocamorapara JorgeAsísDigital

ISMAEL PASSAGLIA

En una oficina que da a la arbolada de la calle 53, en el cuarto piso del Anexo de la Cámara de Diputados de la provincia, el diputado provincial Ismael Passaglia esperó a La Política Online para hablar de las elecciones y de la gripe porcina.Ex ministro de Salud durante el gobierno de Felipe Solá y ex presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Passaglia no tiene una computadora en su despacho, lo que no le impide estar al tanto de las cosas que suceden en la política y la salud provincial entre bambalinas.Este médico cirujano, que se enorgullece de haberse dedicado a la política recién a los cincuenta años, fue el director del Hospital provincial de San Nicolás, partido de la segunda sección electoral bonaerense y lugar en el que existe un duelo personal como en pocos lados. Su enemigo es José María Díaz Bancalari, influyente diputado nacional y ex presidente del PJ bonaerense.El enfrentamiento se inició hace unos cuantos años, pero hace cuatro se dio en las urnas, cuando Díaz Bancalari iba como segundo candidato a senador con Hilda “Chiche Duhalde” y Passaglia representaba al felipismo como candidato a diputado provincial por la segunda sección. Cosas del tiempo y de las vueltas de la política, ahora se volvieron a enfrentar, pero cada uno en el lado opuesto a la vez anterior.Passaglia fue el primer candidato a diputado provincial de Unión Pro en la segunda sección y lo mismo hizo Díaz Bancalari por el Frente Justicialista para la Victoria, a través de una candidatura “testimonial”. El ex ministro ganó con casi el 34 por ciento de los votos y le dio un duro golpe con un gusto particular al “Mono” Díaz Bancalari, que salió tercero detrás del Acuerdo Cívico y Social, con el 28,53 por ciento de los votos.El diputado analizó esa victoria ante este medio, explicó por qué perdió Kirchner y habló de la gripe porcina. Acusó al ministro de Salud de la provincia, Claudio Zin, de ocultar muertos y enfermos y de ser el “Indec de la salud”.¿Cómo analiza su triunfo en San Nicolás y en la segunda sección en donde usted tiene un duelo casi personal con Díaz Bancalari?Es importante porque de las cuatro secciones en las que se elegían diputados, en la única que ganó Unión Pro es la segunda, que es en la que yo encabecé la lista, a pesar de que sobre quince distritos, diez intendentes apoyaban al Frente Justicialista y que en algunos distritos como Pergamino o Zárate llevaban incluso hasta dos listas colectoras. La de San Nicolás fue una batalla especial por lo significativo de los candidatos. Siempre fue una ciudad peronista y desde hace un tiempo hay una división. Por un lado Bancalari y por el otro el felipismo que yo represento. Por supuesto que a nivel de diputados nacionales, en San Nicolás De Narváez le ganó a Kirchner y a nivel de diputados provinciales, Bancalari sufrió una fuerte derrota, a pesar de tener el partido justicialista, el municipio, la CGT, los gremios. Por si fuera poco, el día de las elecciones, él hizo una movilización de más de cien Traffic. Esta noche le voy a agradecer por televisión que haya llevado a tantos compañeros y compañeras a votar. Yo no pinté una sola pared, las pintó todas él, y no hice ningún afiche, ni volante, ni propaganda por televisión.¿Cómo ganó usted entonces ante todo ese aparato?La gente tiene en cuenta el trabajo. Yo fui catorce años director del Hospital de San Nicolás, y debo decir la verdad, para mí gané por el hospital. También se ganó porque él tiene una imagen muy negativa en la gente, tiene mucho desgaste. En segundo lugar, ellos macanean mucho, dicen que van a hacer esto, lo otro, pero después de la elecciones desaparecen siempre. Y de eso la gente se acuerda y los castiga. Ir con el kirchnerismo es ir con una mochila de plomo. Y por otro lado, al tener cuarenta años de médico, tengo un índice de conocimiento muy grande en la gente. Fui catorce años médico cirujano, después otros catorce director del hospital y me fui para ser cuatro años ministro de Salud, entonces, los médicos tenemos un valor agregado sobre el resto de los políticos. Yo caminaba y sigo caminando por barrios pobres en los que se acercaba la gente y me decía “Doctor, usted me operó de tal cosa”, “usted operó a mi mamá”, “me salvó la vida”. Yo operé muchísimo, operaba hasta cinco personas por día. Te podés olvidar del arquitecto que te hizo los planos, del escribano que te hizo la escritura, pero es difícil que te olvides del médico que te abrió la panza. Por eso el médico es muchas veces formador de opinión entre la gente. Es muy conocido en los barrios y generalmente para bien. En cambio, con los abogados pasa al revés. Cuando el abogado atiende un juicio, uno gana y el otro pierde y se queda enojado. Pero también debo admitir que yo iba con un viento de cola como es De Narváez y que Bancalari es un político de larga trayectoria pero con una alta imagen negativa.¿La candidatura “testimonial” le jugó en contra a Díaz Bancalari y al kirchnerismo?Totalmente. Fue una cachetada a la credibilidad de la gente, de medio país. Creo que todo lo que hizo el gobierno, ya sea el adelantamiento de las elecciones, crear las candidaturas testimoniales, que son un invento argentino como el dulce de leche, crear un Narváez trucho, habilitar a Luis Patti cuando todos sabían que no había podido asumir, la judicialización de la política a través de las denuncias de la efedrina, todo eso le jugó en contra. Por eso cuando me preguntaron quién era el jefe de campaña de De Narváez, yo respondí que en realidad no sabía, pero para mí el mejor jefe de campaña de De Narváez fue Néstor Kirchner. Cuanto más lo atacaba, más levantaba, polarizó la elección. Todas esas cosas la gente las ve mal. Entonces hizo más Kirchner que De Narváez, que además se vio favorecido porque no tiene pasado, no tiene “archivo”. Para colmo es un empresario exitoso pero nunca fue proveedor del Estado. Y la campaña se la pagó él, en cambio la de Kirchner la pagamos nosotros. Eso la gente lo tiene en cuenta. No hay que subestimar a la gente, porque en el cuarto oscuro hacen lo que quieren, por más que le digas lo que le digas. Cuando el día de la elección vi que iba tanta gente a votar, supe que era para castigar al gobierno. Entonces hubo muchos votos a favor de De Narváez, pero también muchos votos de los que llaman “útiles”, es decir, para que pierda el Gobierno.¿Cuál fue el rol de Felipe Solá en la alianza que se llevó el triunfo?Felipe contribuyó mucho en la elección porque debe ser el hombre que conoce más que todos a la provincia. Fue un aliado fundamental porque aportó la estructura del justicialismo y que hizo la mayoría de la fiscalización. El acuerdo y la traición¿Por qué cree que Unión Pro hizo una buena elección en el Conurbano?Porque De Narváez sacó votos en todos los niveles sociales, si no es imposible ganar una elección. Además se habló de una traición de los intendentes hacia Kirchner…Yo pienso que lo traicionaron. Indudablemente muchos de los intendentes del Conurbano con el corte de boleta trataron de salvar la ropa, no querían perder los Concejos Deliberantes porque después se les vuelve difícil gestionar. La Política Online tuvo la primicia que daba cuenta de un acuerdo entre De Narváez y los intendentes. Sí, hablaron y siguen hablando. Por eso creo que uno de los motivos de las candidaturas testimoniales, era que los intendentes quedaran comprometidos con Kirchner. Pero como ellos tienen más espinas que el pescado y se la saben todas, cortaron boleta.¿Y ahora cómo se organizará el PJ?La gente pidió un cambio y tiene que haber un reacomodamiento, pero el límite es el kirchnerismo. ¿Pero eso es posible si es Scioli quien encabeza el PJ?Lo de Scioli es un error. Él se tendría que dedicar a gobernar la provincia de Buenos Aires tras tres meses de campaña alejado del gobierno. Y ahora con el tema del PJ, mezclado con (Hugo) Moyano y (Jorge) Capitanich, pretende gobernar una provincia tan difícil como la actual. Va a pagar las consecuencias nuevamente en las urnas, si es candidato a algo.

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¿Cómo ve a la provincia durante el resto del año?Muy difícil en la parte financiera, porque junio fue un mes de baja recaudación, ahora en julio hay que pagar un sueldo y medio y creo que la crisis va a pegar en la provincia. Cuando la Nación anda mal, la provincia anda mal y viceversa. ¿Cómo analiza la carrera hacia 2011?Para el 2011 falta mucho. Las elecciones fueron hace tres días y hay que pensar en la gente y resolverle los problemas.La Gripe PorcinaComo ex ministro de Salud, ¿qué opina del cambio de Juan Manzur por Graciela Ocaña?Creo que la ex ministra Ocaña se fue fundamentalmente por el enfrentamiento con Moyano. También es cierto que no se tomaron las medidas preventivas y adecuadas a nivel de dengue y gripe porcina. Inclusive ella quiso declarar la emergencia sanitaria por el tema del dengue y un llamado de Olivos, de Pichetto (Miguel Ángel, presidente del bloque de senadores del Frente para la Victoria) la tiró abajo. Y también ahora se dice que había querido declarar la emergencia por la gripe porcina y no la dejaron. Allí tendría que haber renunciado. Pero el costo también lo va a pagar el gobierno, porque cambiar de ministro en la mitad de una epidemia es como cambiar de caballo en la mitad del río. Y Manzur es un sanitarista que tiene larga trayectoria e indudablemente conoce el tema. Por supuesto creo que va a superar la gestión anterior, porque la licenciada Ocaña, por más buena voluntad, trabajadora y honesta que sea, no conoce el tema. Es difícil poner a alguien enfrente de la batalla contra el dengue cuando no sabe lo que es el dengue. El ministro de Salud de la provincia, Claudio Zin, ¿sí lo sabe?Zin es un médico que opina pero se equivoca al ocultar los datos de la provincia de Buenos Aires. Así como el Indec de Guillermo Moreno en la Nación, tenemos el Indec de Zin en Salud. Oculta los datos de mortalidad infantil, oculta las licitaciones y ahora fundamentalmente ocultó una cantidad de enfermos en la provincia y eso es malo porque no se alertó a la gente, no se hizo campaña de educación en el momento en el que tendría que haberlo hecho. Si usted va al médico y le oculta sus síntomas, va a obtener un mal diagnóstico y a un tratamiento incorrecto. Que Zin oculte datos de la cantidad de enfermos y probablemente de la cantidad de muertos, lleva a que se tomen decisiones erróneas. Aparte hoy estamos en presencia de tres epidemias: la gripe, la bronquiolitis y la gripe porcina, que siendo enfermedades de tan baja mortalidad, por debajo del uno por ciento, está diciendo que se están ocultando la cantidad de enfermos.¿Qué tan grave es la gripe porcina?Es muy grave y todavía no hemos llegado al pico. Van a haber más muertos. Esto pasa fundamentalmente por la educación de la población y por tomar medidas de prevención rápidas.¿La medida de emergencia sanitaria es una de ellas?Sí, la emergencia sanitaria es buena. La tendrían que haber hecho hace por lo menos veinte días. ¿En qué consiste básicamente?Permite tener fondos adicionales y administrarlos con mayor rapidez. También permite un reacomodamiento del sistema, del personal, de los recursos humanos. Y lo que también es importante es que prohíbe las huelgas, por lo que las huelgas de una semana en los hospitales como hemos vivido este año no se pueden hacer durante la emergencia. Pero esto lo tendrían que haber hecho, como digo hace veinte días. Esto demuestra que tienen dos graves problemas: primero, ocultan los datos y segundo, van siempre atrás de los problemas, llegan el día después. ¿Qué implica la emergencia para la ciudadanía?Que el Gobierno puede suspender todos los espectáculos públicos y puede aplicar las leyes vigentes a tal fin.¿El uso del barbijo sirve?No, el único barbijo que sirve es el 3M, que se conoce como N95, que se utiliza habitualmente en el personal de salud en el tratamiento de los pacientes con SIDA. El barbijo que vemos en la calle o que vimos en algunos fiscales de mesa en las elecciones no sirven para nada. Es como tener un pañuelo. En realidad quien tiene que usar barbijo es el personal de salud. Es decir que no tiene mucho sentido que la gente use barbijo.El barbijo es puro circo. ¿Y el mes sin clases sirve?Sí, sirve el receso escolar, que en realidad está visto como una conquista de los docentes, pero fue creado hace cien años por una decisión sanitaria, para cortar el circuito del virus de la gripe.¿Usted tuvo que atravesar una crisis similar durante su gestión en el ministerio?El problema más grave que tuve yo fue la crisis nacional y provincial de 2001, con una recaudación bajísima y con un dólar devaluado. Yo tenía que comprar insumos en dólares y tenía un presupuesto que era un poquito en pesos y mucho en patacones. Debido a la pobreza que había en ese momento hubo mayor demanda debido al traslado de pacientes del sector privado al sector público por la desocupación. Es decir que el problema mío fue fundamentalmente de financiamiento.

CARLOS FARA

Fino analista político, Carlos Fara dijo frente a dirigentes peronistas porteños urgidos por comprender el resultado electoral que “al final, siempre termina ganando el que la gente quiere o, lo que es lo mismo, perdiendo el que la gente quiere”. Y para explicarlo, relativizó el caso conocido como “efecto Atocha”, cuando el oficialismo de José María Aznar que tenía garantizada la elección perdió frente al PSOE, luego del atentado terrorista.“Apenas abierto el escenario electoral, los españoles decían que ganaba el candidato de Aznar, pero no querían que ganara, no les gustaba; esa tendencia estaba antes de la convocatoria a las elecciones, y después apareció el atentado a la terminal de trenes; pero la verdad es que desde antes los españoles querían que ganen los socialistas”.Y explica: “Acá pasó lo mismo. Desde mayo del 2008 las encuestas daban altísimos niveles de desaprobación a la gestión del matrimonio presidencial, que alcanzaron el 68 por ciento. Cuando Kirchner forzó el adelantamiento a las elecciones e inventó su defensa del modelo, mejoró claramente, pero no le alcanzó: el caldo de cultivo estaba y, finamente, se cristalizó en los votos la opinión de los decididos a no votarlo y los indecisos que una semana antes de las elección mayoritariamente decían que ‘no me gustaría que gane’”. Y perdió.Los dirigentes peronistas lo escuchaban concentrados. Carlos Fara es el autor intelectual del concepto “el ciclo kirchnerista está terminado”, que después repitieron desde Mauricio Macri hasta Pino Solanas, desde Ricardo López Murphy hasta Aldo Pignanelli. Pero la conceptualización le pertenece a Fara, quien en esas cinco palabras, resumió las preferencias de la mayoría argentina desde que gobierna Cristina Kirchner, a favor de un “estilo consensuador, negociador y dialoguista, que de por finalizado el liderazgo fuerte o rígido que caracterizó a Néstor Kichner”. Esto el 28 de junio ya era obvio. Pero ¿por qué De Narváez?. ¿Por qué logró ganarle a Kirchner alguien que vino de afuera de la política, que no hizo una construcción política previa, sino una compra de porciones minoritarias de aparato, a la que sumó figuras con altos porcentajes de imagen negativa, como Felipe Solá o Eduardo Duhalde, por decir algunos?Muy sencillo, dijo Fara: “Billetera mata aparato”. “En la política tradicional, el aparato es el que manda; tengo el aparato y lo resuelvo. En la política que representa De Narváez, hay plata que en partes módicas van al viejo aparato, pero básicamente hay plata se usa de otra manera, con profesionalismo, indagando a la sociedad en forma exhaustiva, planificando, entendiendo lo que dice la gente a través de las encuestas y actuando en consecuencia”.Para Fara, lo contrario a esa experiencia es la del diputado electo derrotado, “que le da bola a las encuestas cuando dicen lo que quiere escuchar, pero si no, las tira; porque la única estrategia que Kirchner puede seguir es la propia: ese es su estilo”.Es todo un tema la obsesión de Kirchner y de muchos políticos por gobernar en contra de la opinión de la gente. No es cosa de peronistas la persistencia en la convicción de la razón propia, por encima del sentimiento de las mayorías. Tal vez Kirchner no sea peronista. O tal vez, el peronismo se transformó un movimiento de dirigentes conservadores, con formidables dificultades para comprender las demandas de la población, y se enoja con Francisco De Narváez sólo porque hizo el esfuerzo de entender la sociedad en la que vive, y actúa en consecuencia. Porque lo que nadie dice es que no sólo Kirchner está shockeado con su propia derrota. El conjunto del peronismo todavía no entiende qué pasó, ni cómo. Daba por seguro que ganaba Kirchner, y estaba planificando condicionarlo una vez que ganara “por poquito”. Fue por poquito. Pero perdió. Y no porque no tuviera plata. Es seguro que invirtió mucho más Kirchner que De Narváez en encuestas, publicidad y aparato. También hizo obra pública y repartió televisores. Pero no le alcanzó: su ciclo estaba terminado hace mucho tiempo y era obvio que alguien aparecería para ejecutar el mandato popular de derrotarlo.

JORGE HECTOR SANTOS

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). La psicosis generada por la gripe A y, por el inescrupuloso manejo que el gobierno de los Kirchner hizo de la misma, en función de su espurio interés por no postergar las elecciones legislativas, que finalmente perdieron, hizo que apresurada una 2da. llamada a la única habitante ilustre de la Argentina y, le pidiera una 2da. cita.
La amable y puntillosa señora Lola me dijo:
-Lo espero a las 18:00 en la confitería de Paraguay y Florida pero, adelánteme el tema.
-La gripe A, le contesté.
-Ah, bueno... tenemos un rato largo de reunión, me respondió.
El día indicado a las 18:00, sin barbijos pero con botellita pequeña de alcohol en gel, a la hora señalada nos encontramos uno frente al otro.
-Señora Lola, recurro a usted porque en los últimos días hubieron tantas idas y vueltas en torno a la gripe A que necesito de su inagotable memoria para que me clarifique el tema, le dije.
-Jorge, mi estimado Jorge, Ud. no se va con chiquitas este tema no solo viene pesado por la epidemia sino por la forma kirchnerista con que se trató el tema, le pido que no me interrumpa, me acotó.
-¡Como Ud. diga señora!, le respondí e hice un interminable silencio que fue ocupado por Lola para descargar la siguiente batería de recuerdos:
>"La ex ministra Ocaña pidió la suspensión de las elecciones y nosotros lo sugerimos en las reuniones de expertos. Pero era una decisión política, no una decisión nuestra". (Del coordinador de Epidemiología del Comité de Emergencia Sanitaria de la Nación, Jorge San Juan).
>“Las elecciones retrasaron la toma de algunas medidas, como la declaración de la emergencia sanitaria”. (Del coordinador de Epidemiología del Comité de Emergencia Sanitaria de la Nación, Jorge San Juan).
>"Se pidió la emergencia sanitaria en tiempo y en forma y si se hubiera dictado la emergencia sanitaria en ese entonces, hubiera permitido manejar fondos libremente, para tomar precauciones que impidieran el crecimiento de la epidemia”. (Del coordinador de Epidemiología del Comité de Emergencia Sanitaria de la Nación, Jorge San Juan).
>“Ni la presidente Cristina de Kirchner ni Sergio Massa, jefe del Gabinete de Ministros, superiores de Graciela Ocaña cuando era ministro de Salud, aprobaron el pedido que ella hizo de declarar en tiempo y forma la emergencia sanitaria ante la epidemia de gripe porcina o influenza A”. (Urgente24).
>“Ocaña tenía la intención de declarar la emergencia sanitaria cuando el dengue comenzó a convertirse en epidemia, pero en el Senado, el bloque kirchnerista frenó la votación de la medida”. (Urgente24).
>“Por la demora en tomar ambas decisiones, Ocaña, también ex interventora del PAMI, fue blanco de críticas de distintos sectores, promovidas en parte por el líder sindical oficialista, Hugo Moyano, quien ambiciona el completo control del dinero derivado a las obras sociales” (Urgente24).
> “El motivo de la renuncia de Ocaña no fue el tema de la gripe A, sino que ella venía planteando diferencias sobre todo el manejo de las obras sociales por lo que ahí está el meollo de la cuestión". (Julio Cobos).
>"Creo que Graciela Ocaña no era muy escuchada, por lo que tengo referencias de algunos funcionarios. Ella hizo mucho a lo largo de su gestión en el PAMI, hizo una muy buena gestión y luego en el Ministerio, conforme al límite de sus posibilidades, su gestión fue más que aceptable". (Julio Cobos).
>“6 años atrás, cuando investigadores argentinos advirtieron que la Argentina era proclive a tener una pandemia, ninguna autoridad nacional les prestó atención”. (Del ex director del Instituto Malbrán, Emilio Santabaya).
>"A través de informes -especialistas del Malbrán firmaron más de 20 informes en 2003, 2004, 2007 y 2008- se sabía que todo esto iba a acontecer entre la primera semana de junio y las últimas de agosto. Se sabía de esto, no se previó todo esto por parte de las autoridades". (Del ex director del Instituto Malbrán, Emilio Santabaya).
>“La situación excedió a Graciela Ocaña, ya que esto responde a las autoridades más importantes del país, porque miraron para otro lado y pusieron la salud en el sótano". (Del ex director del Instituto Malbrán, Emilio Santabaya).
>“Aquí tienen un equipo con experiencia. Y esto no es para improvisados, ni para los que vienen con ráfagas de individualismo. Confíen en este equipo (Kirchner-Scioli), tengan la seguridad y la tranquilidad de que las cosas van a estar muy bien”. (Daniel Scioli 2009).
>“Nosotros hacemos - Kirchner Scioli”. (Eslogan de campaña elecciones legislativas 2009).
>“El ministro de Salud Juan Luis Manzur que, desde que comenzó la epidemia, hubo más de 100 mil infectados con el virus de la gripe A en todo el país. Una cifra 60 veces mayor que la reconocida en el último parte oficial difundido el pasado viernes 26 de junio –dos días antes de las elecciones–, donde tan sólo se confirmaban 1.587 casos”. (Diario Crítica de la Argentina 3 de julio).
> “Se está ante una situación importante de la pandemia, debido a que hay más de 100 mil casos y la cifras serán superiores, porque las enfermedades que se trasmiten por vía aérea se difunden muchísimo más". (Del ex director del Instituto Malbrán, Emilio Santabaya).
> “El número de muertes también es muy superior a las 45 reconocidas por la cartera sanitaria. Según los especialistas, decenas de fallecimientos aguardan confirmaciones de laboratorio para ser incluidos en los listados de óbitos por H1N1. Y que si se hubieran adoptado medidas más estrictas hace un par de semanas, el impacto epidemiológico y el número de decesos hubiera sido menor”. (lanación.com.ar 3 de julio)
>”Ustedes, hermanos y hermanas, tienen el primer pingüino bautizado bonaerense. Me están haciendo llorar...”. (Néstor Kirchner 2009)
>“No vamos a resolver nuestros problemas con llorones. Vamos a lograr la Argentina que nos merecemos y soñamos, aunque algunos mantequitas estén llorando y quejosos”. (Raúl Alfonsín junio de 1986).
>“Tiene razón el presidente Alfonsín: a veces me embargan las lágrimas. Pero llorar es un sentimiento y mentir es un pecado”. (Saúl Ubaldini secretario general de la CGT junio de 1986).
>“No, en lo más mínimo -la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no me reprendió por señalar que el virus había afectado a 100 mil personas- ella pidió precisar bien y aclarar de qué estábamos hablando". (Del ministro de Salud, Juan Manzur 4 de julio).
> "...Es necesario hacer muchas veces una mirada introspectiva... no para eludir responsabilidades... quienes estamos en el más alto nivel... tenemos la más alta responsabilidad…“. (Cristina Kirchner).
>“No se vaya por las nubes de Úbeda”. (Vicente L. Saadi senador PJ por Catamarca, 1984)
>“Yo sigo siendo lo que fui siempre: una chica paqueta, una chica de sociedad. Ahora mezclo. Puedo pasarme un fin de semana haciendo campaña y al día siguiente ir a una fiesta paqueta. Eso una lo va incorporando cuando hace política”. (María Julia Alsogaray secretaria de Medio Ambiente 1990).
>“Cuando los políticos pisan la alfombra roja, se apunan”. (Carlos Gorostiza secretario de Cultura de la Nación, 1984).
>“El ministro de salud Juan Manzur se desdijo de sus declaraciones del 3 de julio, cuando había reconocido que existían 100 mil casos de gripe A en Argentina. Ahora, frente a la Presidenta sostuvo que hay 2.800 casos oficiales y 44muertos. Los otros cerca de 100 mil posibles infecciones están en estudio”. (Diario Crítica de la Argentina –edición on line- 3 de julio).
>“A los hombres que nosotros sabemos que son corruptos los tenemos sentados a nuestras mesas y siguen siendo amigos de nuestro amigos y amigos de nosotros mismos”. (De Raúl Granillo Ocampo secretario de la Presidencia de Carlos Menem, 1997).
>"El Gobierno argentino estima ahora que hay 100.000 casos de gripe. Antes de las elecciones legislativas del 28 de junio los cálculos hablaban de 1.587 casos”. (Diario El Mundo de España edición on line 3 de julio).
>“Yo no soy mago ni Mandrake, pero soy un tipo honesto, decente, creo en la justicia y les puedo asegurar que peleo contra toda la impunidad”. (Néstor Kirchner 19 de julio de 2006).
>“Néstor Kirchner sufre un deterioro psicológico". (Eduardo Duhalde).
>"Tengo que tratarlo de pelotudo". (Alfredo De Angeli).
>“El peronismo es mucho más delincuente que nosotros” (Graciela Fernández Meijide senadora bonaerense por la Alianza 1998).
>“Yo estoy adelantado 30 años” (Carlos Menem candidato a presidente, 8 de octubre de 2002).
>“Ésta es una discusión de poder y de quién la tiene más grande. Y acá, el que la tiene más grande, soy yo” (Guillermo Moreno secretario de Comercio Interior 2006).
>“A vos no te va tan mal, gordito” (Raúl Alfonsín, 1987).
>"Hay para tirar manteca al techo" (Néstor Kirchner).
>“Hay que sacar este gobierno a las patadas” (Rodolfo Daer, líder de la CGT, 2000).
>“No me atosiguéis” (María Estela Martínez de Perón, 1989).
>“¡Qué noche, Teté!” (Roberto Giordano).
-Por hoy es todo, Jorge, me dijo la señora Lola, mientras yo no podía decir palabra. -¿Se siente bien?
Con las pocas ganas que me quedaban de sentirme argentino, le respondí:
-Sí, gracias, Sra. Lola Mento, como siempre Ud. ha sido de gran ayuda.
Lola Mento se levantó y se marchó sin darme la mano por precaución sanitaria.
Yo, yo no sabía que me pasaba. No sabía si estaba deprimido, con gripe A o con dengue… estaba más perdido que Maradona mirando videos de partidos de fútbol con Carlos Bilardo.

CARLOS ALGIERI

El autor, escritor y periodista, publicó esta carta abierta en su blog personal.
(Cibercaminos). Señora Presidenta, no necesito aclarar que le escribo con respeto, porque el respeto hacia los demás forma parte de mi personalidad.
Sí escribiré despojado del temor, las dudas o la insustancialidad que algunos de mis colegas exhibieron en sus preguntas en la bochornosa “conferencia de prensa”, que usted brindó el pasado lunes 29 de junio, luego que siete de cada diez argentinos le expresaron claramente en las urnas que no comparten sus políticas de gobierno.
No es mi deseo aguarle la fiesta por su triunfo “con el sesenta por ciento” en El Calafate (“Mi lugar en el mundo”, según su propia confesión), pero sucede, Señora Presidenta, que la Argentina tiene límites más amplios que su reducto patagónico preferido.
Y en esta Argentina que primero la votó y ahora le acaba de propinar un tremendo llamado de atención, suceden cosas muy graves.
Una pandemia se está llevando vidas argentinas, mientras desde el gobierno que usted encabeza, lo único que se exhibe es improvisación e ineficiencia. Y algo mucho peor: una incalificable especulación política. La ex ministra de Salud, Graciela Ocaña, renunció un día después de la paliza electoral del 28 de junio, cuando –por las razones que invocó- debió hacerlo mucho antes. Y si ella no lo hizo, usted debió haberla reemplazado. Y, por qué no, haber postergado las elecciones por el alto de riesgo de contagio que representaban.
Pero, mezquindades de la política vernácula, Señora Presidenta, en la Argentina -según parece-, un voto vale más que una vida.
Seguramente a usted no le faltan barbijos, ni alcohol en gel, ni Tamiflú. Probablemente tampoco los necesite. La vida es muy distinta cuando se la ve detrás de vidrios polarizados.
Por si usted no lo sabe, Señora Presidenta, millones de argentinos viajan diariamente hacinados en colectivos, subtes y trenes, en el único momento de calor que les propicia este invierno cruel, que además del cuerpo les enferma el alma, cuando la impericia se une con la insensibilidad.
Entonces, el pueblo llora.
Llora de impotencia y de bronca cuando no se lo escucha, cuando se lo toma por estúpido, cuando se ningunea su reclamo en las urnas.
Y, como escribió Raúl González Tuñón, Señora Presidenta, “cuando el pueblo llora, mejor no decir nada, porque ya está todo dicho”.
Puede que usted, inducida a la sordera por quien la indujo (y podemos sospechar que la sigue induciendo) a equivocarse, no lo haya advertido.
No hay matemáticas, como las que usted ensayó, que puedan explicar lo inexplicable: si perdió por el setenta por ciento de los votos, por favor hágase cargo de admitir la derrota, felicite a sus adversarios por el triunfo y pregúntese qué ha hecho mal, para buscar las correcciones necesarias.
Ningún buen argentino (hay millones) desearía que a su gobierno le fuese mal. Pero usted (con una ayudita de sus amigos) está haciendo todo lo posible para que eso suceda.
Con la Gripe A sembrando muerte en nuestro suelo, ¿es irreverente de mi parte pedirle que encabece personalmente la lucha en contra de la pandemia, en lugar de buscar rédito político en el plano internacional acompañando el retorno de Manuel Zelaya a Honduras? ¿A quién se le ocurriría pensar en la terraza del vecino cuando en el techo propio hay filtraciones que amenazan su estructura?
No quisiera olvidarme de los aumentos de precios, Señora Presidenta. Alimentos, combustibles, seguros de todo tipo, empresas de medicina prepaga (que incrementan cuotas pero tienen demoras de entre 24 y 48 horas para enviar un médico a domicilio), y siguen las firmas.
“Casualmente”, después de las elecciones; cuando, desde hace meses, muchos sabían que esto ocurriría cuando ocurrió. Claro que, seguramente, de no estar el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, defendiendo nuestros intereses, estos incrementos habrían sido monumentales.
Usted pensará que no la voté. Piensa bien. También pensará que no voté a su esposo en las anteriores elecciones. Sigue pensando bien. Aunque en democracia, no necesito recordárselo yo, usted gobierna para todos. Hoy, muchas de las personas para las que usted gobierna, pensamos que nos está tomando el pelo.
¿Sus dichos en ese simulacro de conferencia de prensa del 29 de junio es todo lo que está dispuesta a decir y a hacer después de nuestro reclamo en las urnas? Es muy poco para tanto.
Su propio esposo fue quien convirtió estas elecciones legislativas en un plebiscito. Ya conoce el resultado. En democracia, se gana y se pierde. Le tocó perder. Pero es sólo una batalla. Si usted tiene voluntad de cambio y piensa realmente en el bien de la Nación, en la salud de la República, no dudará un instante en hacer lo que deba hacer para enderezar el rumbo.
No tema. Muchos, más de los que usted imagina, vamos a ayudarla si decide jugársela por el bien de la patria, deshaciéndose de tanta cizaña que la merodea, escuchando a quienes debe y expulsando a quienes se lo merecen.
No hay ninguna conspiración destituyente ni delante ni detrás de estas palabras. Esa idea fermenta sólo en algunas mentes envenenadas por el odio. No es mi caso.
Tan apegada a las ideologías como es, le aclaro que no soy “de derecha”, aunque creo que no hay por qué demonizar a esa corriente, siempre que se exprese democráticamente. En Europa pueden dar fe de esto. Cada tanto, la derecha alterna el gobierno con otras corrientes ideológicas.
Ignoro si por aquellas tierras consideran “destituyente” a la derecha. Sospecho que no, que el adjetivo es tan vernáculo como la sensación térmica.
No me preocupan la derecha, ni la izquierda, ni los disensos. Me rebelo, sí, contra la intolerancia, la soberbia, el autoritarismo.
Intuyo que no soy el único.
Usted, Señora Presidenta, gobierna para peronistas, radicales, socialistas, izquierdistas, derechistas, independientes y escépticos. De cada uno de estos sectores (y muchos otros seguramente) le han reclamado a gritos, figurativamente hablando, un cambio.
De usted depende que de la figuración no se pase a la literalidad.
No hay cacerolas de distinto rango, de acuerdo con el material de fabricación. Las protestas no son menos protestas según los barrios de donde provienen. Todas son protestas. Todas tienen idéntica legitimidad.
Un buen estadista es el que se libera de prejuicios y pone sus oídos al servicio del clamor popular, se produzca en Temperley, en La Quiaca o en Recoleta.
Un buen estadista es aquél que reconoce sus errores y está dispuesto a enmendarlos, respetando la voluntad popular.
Un buen estadista, tal vez, se preguntaría por qué una buena parte de los vecinos de “su lugar en el mundo” le negó el voto.
*El autor es periodista y escritor

jueves, 2 de julio de 2009

Ojalá se haga justicia

La Presidenta Cristina Fernández y su marido, el diputado electo Néstor Kirchner, fueron denunciados en la Justicia federal por supuesto atentado a la salud pública al no haber postergado las elecciones como supuestamente habría sugerido la ministra saliente de Salud, Graciela Ocaña.



Fuentes judiciales informaron que la denuncia fue radicada por el abogado porteño Alejandro Sánchez Kalbermatten en el juzgado federal número cinco de Norberto Oyarbide, quien, en un trámite poco usual por su celeridad, citó de inmediato a aquel para que la ratificara.Fernández y el ex presidente "persistieron con sus propósitos electoralistas, librando a su suerte a la población argentina y a los ciudadanos que la componen", consignó la denuncia y opinó que "siendo el voto obligatorio, no se hizo otra cosa que forzar a los ciudadanos de todo el país a contagiarse" el mal, que causó hasta ahora la muerte de 44 personas."La necesaria concentración de grandes multitudes es precisamente opuesto a lo que se ha aconsejado en países serios para evitar la propagación de la enfermedad" sostuvo la denuncia y señaló que manteniendo la convocatoria a elecciones "lejos de evitar las consecuencias de la pandemia, profundizaron y agravaron la situación".Para el denunciante la Presidenta y el ex Presidente podrían haber incurrido en los delitos de "atentado a la salud pública" e "incumplimiento de los deberes de funcionario público" con consecuencia de muerte.El artículo 102 del Código Penal reprime con reclusión o prisión de tres a quince años "al que propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas". Y el artículo 84 reprime con penas de seis meses a diez años al que por "imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes de su cargo, causare a otro la muerte".El denunciante también solicitó al juez que ordene al Poder Ejecutivo que "se dispongan de inmediato aquellas medidas que se estimen conducentes para evitar que se siga propagando el contagio de este virus mortal que azota al mundo y especialmente a la República Argentina"Y que notifique a la Presidenta que debe obligar al Ministerio de Salud de la Nación que "en forma gratuita suministre vacunas y demás medicamentos a los ciudadanos, garantizando la existencia de derechos".

domingo, 7 de junio de 2009

Carlos Manuel Acuña

CIUDAD DE BUENOS AIRES. Dentro del marco de la estrategia preelectoral que despliega el oficialismo para fortalecer la desvaída posibilidad de la candidatura de Néstor Kirchner, ayer se realizó un espectacular allanamiento en el domicilio del militar y abogado Carlos Marcelo Shäferstein, a quien una orden firmada por el juez federal Sergio Gabriel Torres lo sindicaba al ahora periodista e historiador de estar complicado en un plan para asesinar al candidato a diputado nacional por Buenos Aires o que al menos, estaba en conocimiento de este asunto.
Shäferstein vive en la zona de la Recoleta donde una comisión de la Policía Federal Argentina integrada por unos 12 efectivos al mando del Jefe de la División Operaciones, un subcomisario que pertenece al Departamento de Seguridad del Estado, lo aguardaba para sorprenderlo en el instante en que ingresara a su vivienda, lo que dio lugar a toda clase de comentarios por parte de los vecinos y testigos ocasionales.
La sorpresa del Dr. Shäferstein fue mayúscula, sobre todo cuándo fue informado de la causa del operativo y el hecho de que éste obedeciera a una denuncia de la ministro de Defensa, Nilda Cabernet Garré, de cuyo tenor no fue informado.
Los policías se comportaron correctamente mientras revisaban el departamento y procedían a secuestrar las computadoras del abogado y profesor de Historia, quien se dedica a escribir artículos sobre temas históricos, religiosos, filosóficos y de análisis político. Gran escritor, Shäferstein es un excelente analista de la actualidad nacional y extranjera y en muchas ocasiones sus trabajos hacen gala de notables conocimientos históricos y una envidiable capacidad cultural. Recientemente había distribuído un artículo sobre Antonio Gramsci, el ideológo del marxismo italiano, autor, en la década del ´30 de una novedosa estrategia para tomar el poder y que actualmente se encuentra en plena vigencia en el complejo escenario argentino.
La pluma de Shäferstein ha logrado, en varios idiomas, un lugar de prestigio en el campo de la Historia, el Derecho Natural y del pensamiento occidental; y sus fluidos escritos leídos tanto en el país y en el exterior, donde han logrado una excelente reputación en el heterogéneo público al que están dirigidos.
Luego de constatar que se había completado la requisa de computadoras que son su elemento de trabajo, fue conducido por la fuerza pública al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 12, fue interrogado por el secretario del mencionado juzgado, Dr. Diego Slupski.
La inquisición rondó en torno a "si conocía a militares" o si se "reunía con militares", a lo que respondió que tal es una circunstancia inevitable por razones de la profesión donde se formó.
También le formularon preguntas relativas a su orientación ideológica y su pasado castrense.
Shaferstëin observó que el interrogatorio estaba orientado a encontrar elementos probatorios de los que carecía el Juez Torres, lo que dio lugar al comentario que se estaba actuando a la inversa, pues en vez de ofrecer pruebas que justificaran la detención, se las buscaba mediante preguntas y supuestos.
Esto ocasionó a que el periodista detenido, harto de las preguntas, expresara que si "lo que quieren es llevarme a Marcos Paz háganlo ahora sin más vueltas", a lo que el Slupski le preguntó a su vez, "¡¿por qué cree Ud. que deberíamos procesarlo y encarcelarlo?! La contestación habría sido más o menos la siguiente:"porque eso es lo que quieren hacer Ustedes. Estoy seguro que así concluirá este procedimiento absolutamente irregular. Es un procedimiento previo a mi prisión...Este juzgado está para eso: para perseguir a los hombres de armas... Yo lo único que hago es asistir espiritualmente a viejos militares impedidos, a quienes tienen en cautiverio. Cuando el General de División Suárez Mason estaba en Villa Devoto, yo me encerré voluntariamente para acompañarlo y sostuve su mano hasta los últimos días, cuando lo dejaron agonizar sin asistencia, negándole atención médica hasta que fue tarde."
A esto, el secretario se le respóndió, sonriendo con jactancia: "En este juzgado lo tengo preso al hijo del general Suarez Mason, es decir al capitán de Navío de ese mismo nombre apellido".
Poco después y pese a la gravedad de la acusación en el sentido de que podría tener conocimiento de un plan o un complot para asesinarlo a Néstor Kirchner, el periodista respondió que eso es una infamia calumniosa, siendo seguidamente dejado en libertad sin que le devolvieran sus elementos de trabajo, que ahora estan sometidos a un peritaje profundo en la División Apoyo Tecnológico de la Policía Federal Argentina, hasta donde se tienen noticias. Sin sus numerosos archivos y sus herramientas, y con la amenaza latente sobre su libertad personal, por otra parte, seguramente Shäferstein no podrá volver a escribir.
Al respecto, en fuentes oficiales se aseguró que el objetivo principal fue, precisamente, estudiar el contenido del material informático con el objeto de establecer un cuadro de contactos que eventualmente permitirían ampliar operaciones como la ocurrida y de esa manera tejer una historia con nombres y apellidos de numerosas personas que los próximos días serían sometidas a un tratamiento similar.
Con las libretas de direcciones a su alcance, las finalidad del operativo es crear la imagen de que se desearía asesinar a Kirchner con la finalidad de explotar propagandísticamente el asunto y de esa manera obtener un mayor éxito electoral, aunque no faltaron quienes en conocimiento de este proyecto, recordara las recientes palabras del dirigente agropecuario Alfredo De Angelis quien al referirse a las afirmaciones del ex presidente y ahora candidato contrarias al campo, al que acusó de "golpista", dijo que no entendía como un ex presidente "puede decir tantas pelotudeces". Ahora se agrega "hacer tantas pelotudeces