sábado, 14 de marzo de 2009

Alejandro Bercovich

cálculo para adelantar los comicios legislativos no fue sólo electoral sino también económico. En el Gobierno evaluaron que con la crisis mundial aún fuera de control, los dólares de las exportaciones no alcanzarán para pagar los vencimientos de la deuda y mantener a la vez la divisa a menos de cuatro pesos hasta fines de octubre. También, que el declive de la recaudación hará más difícil postergar un ajuste del gasto público hasta ese momento. Y que el golpe a los negocios multiplicará en todos los sectores los despidos que ya se registran en la industria, y con ellos el conflicto social. Por la combinación de todo eso, lo más probable es que la política económica sea una hasta junio y otra después. Bastante menos simpática y bastante más piantavotos para el oficialismo. Hasta las elecciones, el Gobierno planea seguir estimulando el consumo con dinero de la ANSES y sostener el gasto estatal para mostrar obras en los distritos que le son más esquivos en las encuestas. Como hizo ayer al vender dólares masivamente, el Banco Central y el Nación harán lo imposible para evitar una escalada del dólar. “De $3,70 no pasa, salvo que el real se vaya a pique”, prometían anoche desde un despacho gubernamental. Incluso antes del desafío de Mauricio Macri, octubre lucía muy lejano para los estrategas kirchneristas más conscientes de la magnitud de la crisis. Hasta junio, en cambio, todavía habrá resto para capear más decorosamente el temporal internacional. Las principales razones económicas del adelantamiento son:DEUDA. Entre abril y junio, si Economía insiste en cumplir puntualmente con todos los pagos, habrá que abonar 1.400 millones de dólares de deuda. Desde julio hasta septiembre, los vencimientos suman casi el triple: 3.400 millones. El temor del Gobierno es que los operadores financieros desconfíen de su capacidad de pago o compren dólares en masa al ver que apela a las reservas del Central para cubrirlos. El salvavidas que añoran algunos funcionarios es una nueva línea de financiamiento del Fondo Monetario. Pero debería llegar sin condición alguna, para que Néstor Kirchner pueda justificar la reconciliación tras haberle pagado u$s 9.530 millones para “liberarse” de su tutela. DÓLAR. Desde abril, los exportadores agrícolas liquidarán entre 120 y 140 millones de dólares por día, que se sumarán a los que obtengan por la soja guardada en los silos-bolsa. Pero la canilla verde se suele cerrar en agosto, cuando termina la cosecha. Kirchner no quería afrontar ningún riesgo de corrida a pocas semanas de las elecciones. DESPIDOS Y SALARIOS. En lo que resta del año, la Unión Industrial ya calculó que las fábricas expulsarán entre 160 mil y 200 mil obreros por la caída de la producción. En toda la economía, podrían perderse casi un millón de empleos. Además, los sindicatos más populosos se aprestan a negociar aumentos de sumas fijas, que en su mayoría vencen en agosto. Después sobrevendrían conflictos de mayor voltaje. SUPERÁVIT. En enero y febrero, la recaudación creció un 11% y un 16%, respectivamente. Muy lejos del 32% promedio del año pasado. Para evitar que el excedente fiscal siga cayendo, el Gobierno autorizó bruscas subas de tarifas. Pero sería impensable que lo repitiera a poco de las elecciones. Sí después, cuando haga el ajuste que quería postergar hasta octubre.

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