sábado, 14 de marzo de 2009

Carlos Pagni

No llegaba con la caja ni llegaba con la encuesta. Este es el corolario más contundente que se desprende del adelantamiento de los comicios que anunció ayer el Gobierno. La excusa fue pésima. "Debemos superar el escollo electoral [sic] y tirar juntos hacia el mismo lado", dijo la Presidenta. La concepción para la cual las crisis se superan más rápido si se acota la participación ciudadana reconoce en el país una larga tradición. Pero todavía resulta sorprendente que Cristina Kirchner haya adherido a ella.
El verdadero motivo por el que se anticiparon las elecciones es la necesidad de salvar la candidatura a diputado de Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires. Las encuestas muestran al esposo de la Presidenta empatando con el trío de Mauricio Macri, Francisco de Narváez y Felipe Solá. Pero su evolución es declinante. Enajenada hace tiempo la clase media urbana, el Gobierno se enemistó también con la rural.
El éxito de Kirchner depende como nunca de la población más postergada. Pero su solidez en esa franja está amenazada. La caída en la actividad económica castiga con pobreza y desocupación al electorado más pobre. Y los intendentes peronistas comenzaron a negociar con De Narváez o Solá su prescindencia para octubre. La recesión y la traición necesitaban tiempo para hacer su trabajo. Es lo que vino a quitarles Kirchner.
Para De Narváez y Solá la decisión es paradójica. Repara el daño que les había hecho Macri al separar las elecciones porteñas de las bonaerenses. Esa determinación, con el sello de Gabriela Michetti, venía a dividir los destinos de Pro y el peronismo disidente. Los Kirchner corrigieron a Michetti. Macri y ella potenciarán a sus aliados de la provincia con sólo animar la escena mediática de la Capital Federal. Los comicios tendrán una dimensión metropolitana que perjudica al Gobierno.
De Narváez y Solá tienen ahora pocas horas para resolver su querella por las candidaturas. Solá será acorralado este fin de semana. Le ofrecerán que renuncie a ir en la lista a cambio de convertirse en jefe de una bancada de más de 40 diputados a partir de diciembre. De Narváez también tentará con una diputación a María Helena Chávez, la mujer de su rival. Eduardo Duhalde oficiará como abogado para esta gestión. Quizá Macri haga lo mismo con tal de no alimentar a Solá como eventual competidor por la presidencia en 2011. Gestiones sigilosas
Todavía es muy temprano para saber si la agresividad electoral del oficialismo inspirará otros movimientos de síntesis en la oposición. En estas horas existen conversaciones entre colaboradores de De Narváez y allegados a Elisa Carrió. Pero son demasiado tentativas.
El efecto del anuncio de ayer sobre Carrió, Margarita Stolbizer y el variado radicalismo es pésimo. A la líder de la Coalición Cívica el Gobierno vuelve a entreverarla en un duelo con Michetti del que Macri la había sacado. Además, la premura puede frustrar algunas negociaciones en curso. No en vano Julio Cobos censuró la medida.
Kirchner complicó a los demás. Pero ¿se benefició a sí mismo? Su derrotismo es tan ostensible que puede acelerar el deterioro que desea frenar. Desde la perspectiva económica la medida es un manotazo fiscal.
El mercado festejará que no se vayan a realizar los trabajos que el Gobierno venía prometiendo: ya no hay tiempo para inaugurar obras. Bastará con licitarlas. A cambio, aumentará la preocupación por la solvencia del Tesoro y serán más fuertes las presiones para que la Argentina vuelva al Fondo Monetario Internacional en busca de auxilio.
Los Kirchner dirán a partir de ahora que la protesta agropecuaria es parte del proselitismo opositor. Ardides. También la política sufrirá un ajuste. Los gobernadores y legisladores nacionales, como es costumbre, no fueron consultados sobre la nueva estrategia. A los jefes parlamentarios sólo se les comunicó una resolución. Nada más.
Pero el PJ aumentará sus exigencias en los próximos días, cuando se negocie el quórum para el tratamiento de la reforma al Código Electoral.
El gabinete será reestructurado antes de tiempo. Sergio Massa y Graciela Ocaña tal vez deban salir. Massa quiere volver a Tigre, no ir al Congreso. ¿Lo dejarán? El destino de Ocaña parece más certero. Su cabeza será ofrecida a Hugo Moyano, que ayer, en su pequeño mundo, fue quien más festejó el anuncio oficial.

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