sábado, 14 de marzo de 2009

Jorge Sansó de la Madrid

No es cierto que la ciudadanía esté pendiente del cronograma electoral. De hecho, ayer muchos santafesinos se enteraron de que Mauricio Macri no fue el único ni el primero en desdoblar las legislativas de este año.
   Otros recordaron que el gobernador Hermes Binner lo hizo el pasado 16 de febrero, cuando decretó que las internas, abiertas y obligatorias para los cargos de concejales, presidentes comunales y algunos intendentes se realizarán el 28 de junio.
   Si el Congreso modifica el Código Electoral nacional, como pidió la presidenta Cristina Fernández, ese mismo día también se elegiría senadores y diputados nacionales.
   Las reacciones en la provincia son proporcionalmente inversas a las producidas en el ámbito nacional.
   Hace un mes los peronistas criticaron la decisión de Binner; ahora dicen que la misma medida adoptada por Cristina es "de sentido común", tal como la calificó Agustín Rossi.
   Por su parte, los demás partidos políticos, que en Santa Fe cuanto menos guardaron silencio —con excepción de las autoridades de la UCR conducidas por Luis Cáceres—, avalando implícitamente el desdoblamiento electoral provincial, salieron ayer a criticar el desdoblamiento nacional.
   Es muy probable que el vecino haya olvidado lo que entonces dijeron los unos y que en pocos días tampoco recuerde lo que ahora dicen los otros.


Complicaciones. Sin embargo, las complicaciones por la simultaneidad de comicios que habrá en la provincia el 28 de junio serán más serias para el votante.
   La situación será inédita. En el 2005 coincidieron las generales provinciales con las generales nacionales. Ahora serán generales nacionales con primarias abiertas.
   En la general nacional se deberá elegir entre candidatos; en la primaria provincial, entre precandidatos. En aquella se los ungirá y el que gane será senador o diputado nacional. En ésta se los postulará para que luego —el 30 de agosto— compita para ver si se convierte en concejal o no.
   Se deben usar padrones diferentes pero los mismos lugares de votación. Hasta ayer los santafesinos iban a votar tres veces este año. Ahora serán dos, pero igualmente sufragarán tres veces. Claro que si bien la primaria es abierta y obligatoria, permite que los ciudadanos manifiesten su intención de excusarse.
   Es este último caso la ley obliga a que hasta dos días antes se vaya a una comisaría a dejar constancia de que no votará en las primarias. Haciendo esto se puede evitar sufragar el domingo 28 junio, pero sólo en los comicios provinciales, porque ese día, si prospera la idea de Cristina, habrá que ir a votar por los cargos nacionales.
   ¿Puede la provincia modificar nuevamente su cronograma electoral supuestamente para evitar las complicaciones y confusiones? No hacia atrás. Es decir, no puede ubicar las primarias antes del 28 de junio. Eso porque el cronograma electoral ya está vigente y su primera fecha es el 30 de marzo, cuando deben inscribirse candidaturas y alianzas.
   Sí podría postergarlas decretando una fecha posterior al 28 de junio, pero tal medida debería estar justificada en una excepcionalidad palmaria que surgiera, por ejemplo, de la imposibilidad de realizarlas simultáneamente con las generales nacionales.
   Si la ciudadanía no está pendiente de las fechas, ¿a qué obedecen las idas y venidas? Si cuando Binner desdobló, los peronistas dijeron que fue por miedo a perder los comicios, ¿hay que concluir que ese mismo miedo es el que mueve ahora a los Kirchner?
   Binner, legitimado por la decisión de Cristina, ayer exhortó a "no acomodar las elecciones según la conveniencia, sino a pensar en la Nación, con comicios donde la gente sepa qué va a votar y evitando toda manipulación de último momento", porque —dijo— "no es bueno para la democracia cambiar siempre las reglas de juego sobre la marcha".

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